martes, 29 de diciembre de 2015

EL ESPEJO NACIONAL


Las elecciones generales del pasado 20 de Diciembre, en consonancia con el momento en que se celebraban, han deparado un surtido navideño congresual, una heterogénea orografía que se torna más escarpada en un país frentista como el nuestro, acostumbrado taxonómicamente a un maniqueísmo tan primario que llega a mostrar como irreconciliables posturas que, si se examinan con frialdad, no son a veces tan distantes.

En mi opinión, habrá elecciones en pocos meses. El acuerdo más factible, si se atiende a los programas y a las obvias concesiones derivables, que abarcaría a PP y PSOE, no se producirá al suponer un suicidio político para los socialistas que entregaría la hegemonía de la izquierda a Podemos en la siguiente cita con las urnas.

La coyuntura de un entendimiento entre PSOE, Podemos, IU y siglas independentistas no resulta viable para el socialismo mientras se esgrima el principio de autodeterminación, que parece capital para los recién llegados, ganadores en País Vasco y Cataluña y en cuyas siglas conviven socios poco amorosos con la bandera nacional. En la primacía a efectos de pacto que Podemos otorga a ese principio sobre las políticas sociales (orden de valores no muy comprensible en una formación de izquierdas y que a Pablo Iglesias le costará defender en otras latitudes del Estado) se muestra, como bien analiza la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, que Podemos no quiere negociar (evidenciándose al tiempo el peso de las formaciones coaligadas con el denominado populismo).

Y es que en este panorama demoledor para las matemáticas el partido de Iglesias es el que más eficazmente viene moviéndose para sus propios intereses, al sentirse favorecido por los acontecimientos presentes y presumibles futuros. Ante un PP noqueado por la pírrica victoria (no debería sorprenderle tanto pero en virtud de una extraña ley de la física todo partido regidor alimenta unos cálculos electorales que superan en generosidad a los que acaban por rubricar sus regidos), un Ciudadanos con la iniciativa mermada por un éxito menor al esperado (los políticos no son sólo presos de sus palabras, también de sus ambiciones), un PSOE con el peor porcentaje de voto de su historia en pleno proceso de cocción por las diferencias que inspiran los movimientos de su secretario general (en el andén a la espera de que le concedan subir al que enjuicia único tren presidenciable que pasará en su vida) y una IU que acaba de asistir a la pérdida de una oportunidad histórica y a la que le resta el consuelo biológico de seguir existiendo, Podemos sueña con unas elecciones que la ubiquen, al fin, como el principal partido de la izquierda. 

Es el paraíso de Iglesias, el único de los cuatro grandes líderes que aún sigue en campaña, el que asiste a la estupefacción que atenaza al PP y la confusión que embarga a Ciudadanos, el que paladea la rebelión de las baronías ante Pedro Sánchez, el que ya ni mira por encima del hombro a Garzón porque lo ha sumido en la irrelevancia: unos comicios en los que el voto se polarice en PP y Podemos que acaben permitiendo a los círculos (tan concéntricos que se metaforizarían en corona sobre la cabeza del líder) celebrar el triunfo de quien ha protagonizado el sorpasso sobre un partido acosado por luchas de poder e identidad, extinguiendo además a quienes un día (pobres ilusos) aspiraron a lograrlo. Erigido en faro de la izquierda, un Podemos quizá segunda fuerza nacional y distante de la mayoría absoluta, pero con margen de maniobra, dispondría, en el edén epistemológico de Iglesias, de posibilidades de formar gobierno, buscándose, desde la atalaya del poder, el modo de apaciguar las voces críticas derivadas de su obvia diversidad interna.

Los números que emanan de la pasada convocatoria electoral han deparado una suerte de España interina: bien mirados, exponen fielmente la situación de muchos compatriotas, interinos ante el diseño de su propio futuro. En el Congreso no salen las cuentas porque a un importante número de españoles tampoco les salen en su vida cotidiana. Un país en el que han crecido las desigualdades como en pocas naciones europeas en estos años de maldita crisis, una nación donde se han generado grupos de personas cada vez más inconexas (unos en su zona de confort, otros temiendo perderla, otros habiéndola convertido casi en un imposible, unos sintiéndose españoles, otros sintiéndose otra cosa, otros sintiéndose ni ellos mismos saben muy bien qué) ha trasladado esa divergencia hasta el espejo de su Cámara Baja: el lugar, simplemente, donde tocaba reflejarla.

Francisco Lambea
HOY
29 de Diciembre de 2015



domingo, 20 de diciembre de 2015

LA LUCHA DE MATALLANAS


A principios de agosto de 2012, el Racing Portuense presentaba el fichaje del mediocentro Carlos Alberto Gómez Matallanas. Matallanas defendió la camiseta rojiblanca durante una temporada y fue el autor del último gol oficial que los racinguistas marcaron en el José del Cuvillo (acuciado por problemas económicos, el club desaparecería, a efectos prácticos, poco después, sin llegar a iniciar la campaña siguiente).   

El verano de 2014, siendo todavía jugador en activo (el futbolista militaba en la Roteña) y coordinador de la sección de Deportes del periódico digital “El Confidencial”, tuvo que escuchar, a sus 33 años, el diagnóstico que le reflejaba afectado por Esclerosis Lateral Amiotrófica, ELA, una grave enfermedad neurodegenerativa para la que hoy no existe curación. Matallanas inició entonces la redacción de un blog. He leído muchas cosas en mi vida pero poco habré encontrado tan conmovedor como los textos que encierra ese blog, donde el autor desarrolla, con una sinceridad impactante, las sensaciones de quien se encuentra ante una de las experiencias más duras a las que la vida puede someter a una persona.

Quiero expresar aquí mis mejores deseos para Carlos Matallanas, mi afecto para él y para los suyos y quiero, además, invitarles a adquirir el libro “Mi batalla contra la ELA” (que edita El Confidencial), donde se recogen esos primeros 41 artículos a los que me refiero. Se venden en El Corte Inglés (estanterías y web) y Vips por 15 euros. La recaudación se destinará al proyecto MinE, que investiga este mal, capaz de afectar a cualquiera en función de esa lotería macabra a la que todos los humanos estamos expuestos.

El presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, ha entregado a Matallanas la medalla de bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo por su contribución a dicho mundo como practicante y periodista y en reconocimiento a su empeño por dar mayor visibilidad a quienes padecen un mal que afecta a 4.000 personas en España, concienciando sobre la urgencia de apoyar los estudios contra esta cruel patología.


Seamos ahora nosotros quienes le ayudemos en su lucha adquiriendo el volumen. 

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
20 de Diciembre de 2015

domingo, 6 de diciembre de 2015

LA COSTUMBRE DEL DESPRECIO


España acostumbra a ser un país poco dado a valorar sus símbolos, los elementos que la definen. La Constitución aprobada en 1978 es uno de ellos. Hace justo hoy 37 años una abrumadora mayoría de compatriotas introducía en una urna su voto favorable a un texto bajo el cual se ha desarrollado un largo periodo que en líneas generales resulta positivo.

En años recientes se podía ver en estas fechas en algunos institutos portuenses a dirigentes de diversos partidos coincidentes en valorar ante los alumnos la trascendencia del articulado constitucional. Hoy ese espíritu parece haberse quedado sin defensores dispuestos a actuar como tales.

Se puede discutir la oportunidad de realizar algunos cambios (el Senado, por ejemplo, supone una Cámara perfectamente prescindible y no es lógica la primacía del varón sobre la mujer en la sucesión a la Corona) pero yerra quien apueste por introducir modificaciones en uno de los aspectos básicos: la unidad nacional. El federalismo, en España, es el primer paso para el independentismo y el independentismo acarrearía, por ejemplo, que los habitantes con menores rentas de los territorios no independizados (esto es, todos aquellos que no residen en Cataluña o en el País Vasco) viesen claramente reducido su nivel de vida (eso que se llama Estado del Bienestar) al desgajarse de la nación algunas de sus zonas más prósperas. El argumento es tan obvio que siempre me ha dejado estupefacto esa pasión que parece encender a la izquierda (mayor cuanto más izquierda) por desmenuzar el mapa. En su afán por fastidiar a la bandera y a un régimen desaparecido hace cuatro décadas no vislumbran que a quienes realmente dañaría su irresponsable postura es a las personas más pobres que viven bajo la enseña, precisamente ese sector social en cuya defensa basan su acción política.

No comparto la idea de que la Carta Magna sea la causa de nuestros males. Entiendo que los problemas que padecemos derivan, simplemente, de la ejecutoria de los gobiernos. De modo que invito a conmemorar la jornada de la mejor forma que se puede hacer con la Constitución: leyéndosela, o releyéndosela, según los casos.  

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
6 de Diciembre de 2015  


domingo, 22 de noviembre de 2015

NEGATIVIDAD FATALISTA


El profesor de Psicología de la Universidad de Sevilla Vicente Manzano ha mostrado su sorpresa por el pesimismo que los portuenses traslucen cuando se les pregunta sobre el estado de la ciudad y sus posibles soluciones. Así lo atestigua un sondeo efectuado a 350 paisanos, fruto de un convenio entre el Centro Comercial Abierto y dicha Universidad.

Manzano admite que la conclusión más llamativa que se deriva del estudio “es que en El Puerto hay un nivel de negatividad fatalista muy elevado”, que no ha visto en otros lugares ni conoce en otros trabajos de campo, “una actitud de sentir que todo está muy mal y que, además, carece de  remedio”. El buen hombre no anda espantado por completo debido a que  desde hace algún tiempo reside entre nosotros, lo cual, como vacuna para adentrarse en la citada vereda, se torna muy conveniente.

Lo que yo ignoraba es que este sentimiento de melancolía a veces ácida, de tristeza crepuscular extendida a toda la jornada, se enmarca en la tipología académica de “negatividad fatalista”. Podría ser peor, pues los practicantes más arduos me parece a mí que se integran de lleno y por derecho en la “desesperación existencialista”.

Los alumnos de último curso de carrera que efectuaron el escrutinio se han encontrado con que, tras solicitar tres frases en torno al enclave, una que aparecía como especie de resorte mecánico es “El Puerto está muerto”, sentencia con la derivación light “En El Puerto no hay ná”, que se producían con una reiteración tal que ríete tú de los reflejos condicionados de Pávlov.

Eso sí, el profesor Manzano advierte la existencia de factores positivos para intentar revertir tan angustiosa opinión, como el hecho de que los examinados suelen sentirse a gusto en la zona urbana donde residen o en la irrupción de entidades como Puerto Vivo o plataformas culturales que plantean iniciativas en su sector.

Los autores de la estadística y las personas interesadas en conocerla y formar mesas de trabajo para derribarla han de reunirse a las cinco de la tarde del próximo jueves en el Centro Cívico “Augusto Tolón”. Si el profesor Manzano consigue cambiar el referido clima mental habrá que nombrarle Hijo Adoptivo por unanimidad.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
22 de Noviembre de 2015


domingo, 8 de noviembre de 2015

ORDENANZA MORTAL


Siempre me ha llamado la atención la frialdad con la que los ayuntamientos acostumbrar a tratar la tasa del cementerio, la auténtica damnificada de todo Plan de Ajuste que se precie, como si los nichos fuesen los llamados a permitir la sostenibilidad de estos austeros documentos contables.

El pleno aprobó el jueves una subida del 10% en este capítulo, carestía  que se suma a otras similares aplicadas en tiempos anteriores. Nada más lejos de mi intención que hacer bromas fáciles sobre aspecto tan delicado; como norma general si alguien merece más respeto que un vivo es un muerto. Precisamente por eso quiero expresar aquí mis respetuosas consideraciones, en un ámbito que no acostumbra a ser materia columnística. ¿Por qué se castiga a la tasa de cementerio con una subida que trasladada a otros epígrafes (agua, IBI, vehículos) provocaría nutridas y ruidosas manifestaciones en la Plaza Peral, acaso con la posibilidad de derrocar un gobierno en la siguiente cita con las urnas? ¿Cuál es la razón de que no se produzcan llamamientos a la protesta ante un incremento que acabará afectando a buena parte de la ciudadanía? ¿A nadie de los que discurren sobre las dificultades que atraviesan los portuenses para abonar otros conceptos se le ocurre pensar en las que acaso sufran los familiares del difunto para algo que no supone capricho alguno, sino un derecho fundamental? 

La tasa de cementerio se rodea de peculiaridades singulares en el más directo beneficiario y en quienes la asumen. Por razón obvia el primero no puede quejarse mientras que los segundos no se encuentran ni en la coyuntura ni en la situación anímica adecuada para expresar reproche alguno a un gravamen cada año más oneroso. También ocurre que los contribuyentes tienden a evitar la reflexión sobre algo que desean ver muy lejano, comprensible estrategia sicológica que, de manera involuntaria, termina por ayudar a la impunidad ante la opinión pública a esos consistorios que alzan el precio de estos servicios en unos porcentajes que, sencillamente, nunca se atreverían a aplicar a otras materias.

Toca exigirles a nuestros políticos que no sean tan vivos.   

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
8 de Noviembre de 2015 







domingo, 25 de octubre de 2015

FOTOGRAFÍA POLÍTICA


Cinco meses después de las elecciones municipales el álbum fotográfico consistorial empieza a ofrecer algunos revelados.

Por lo que respecta al ejecutivo el alcalde, David de la Encina, está teniendo la destreza de mostrar un tripartito bastante unido para su realidad numérica y conformación ideológica, que sabe dirimir sus diferencias internamente. María José Marín, que fuera número 4 de Levantemos El Puerto en los comicios, ejerce mediáticamente de número 1, cada vez más a gusto en un papel que con mayor agrado aún le ha cedido José Antonio Oliva. En IU Antonio Fernández se mantiene como un personaje imprescindible para el equilibrio trifásico: Fernández supone en el pacto lo que en electricidad un interruptor automático, la pieza que protege de cortocircuitos toda la instalación.

En el bando opositor toca subrayar que la tipología a la que responde Carlos Coronado resulta desconocida para los portuenses: quien le ubique correctamente (¿no adscrito?, ¿mixto?) lo hará más guiado por la fortuna que por el conocimiento jurídico. En Ciudadanos Javier del Cuvillo ejerce su papel de joven promesa a la que aún se le exige poco, en plena estética riverista de permanente espera, contrastando con su correligionaria Silvia Gómez: la edil más veterana exhala un sentimiento de estar de vuelta del que ella es plenamente consciente y que regala sin disimulo (el paso de los sucesivos mandatos en quien conoce el gobierno y la oposición le ha otorgado esa frescura dialéctica que adorna a quienes cada vez tienen menos que perder).


Especial agitación se observa en los populares, sobre todo en el ex alcalde, Alfonso Candón: todavía no se acaba de creer su salida del cargo y cada vez anda más cerca, por mor del achique de espacios, de despedirse del Congreso de los Diputados (Candón fue número 5 en 2011, salió por los pelos en la mayor oleada pepera que se recuerda y sólo mantendría el acta si se encaramase en los dos o tres primeros puestos, un privilegio que no parece vaya a otorgar el partido a quien desasió el bastón de mando). Tras la modorra veraniega los populares han pasado a instalarse en el modo oposición, lo que les corresponde y conviene. 

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
25 de Octubre de 2015

domingo, 11 de octubre de 2015

LIANAS PARA EL MONO


La ciudad de los cien palacios se ha transformado tres días, los que dura el fin de semana, en la de los doscientos monos. Silenciosamente, gracias al trabajo eficaz desarrollado por Tali Carreto y los hermanos César y Jesús Guisado, el Monkey Week, que cumple su séptima edición con 196 conciertos, ha ido ganando peso en nuestro calendario cultural, turístico y económico. Lo que hace unos años se observaba como una anárquica reunión de frikis musicales que paseaban su bohemia melenuda hoy se contempla como una cita artística que a cualquier ciudad le gustaría acoger.

La labor de los organizadores ha ido sembrando frutos y el mono cada vez se enseñorea más de las calles, feliz de cambiar las barras de una jaula por las de un pentagrama y de convertir El Puerto en su particular selva. El hecho de que el Monkey se haya situado fuera del debate político es beneficioso para el éxito del certamen, así como el acierto demostrado por los responsables públicos que patrocinan el evento dejando trabajar a quienes saben, en lugar de malmeter y entorpecer, como ocurre con más frecuencia de la deseable en otros casos (cada vez que coincido con Tali Carreto en los días inmediatamente siguientes a cada edición se me antoja que sufre depresión postparto y no me extraña. Si la administración tuviera que desarrollar el volumen de trabajo que encaran estos tres profesionales habría formado un Consorcio).

Otra de las ventajas del Monkey es el momento del año en que acaece, pues se convierte en una de las grandes armas contra la desestacionalización, esa palabra que casi todos los responsables políticos se empeñan en pronunciar, sin que casi ninguno alcance el término sin trabucarse (valga como atenuante su ausencia del diccionario de la RAE, aspecto que debiera solventarse en un cónclave de éstos).


Desde aquí mis sinceros deseos de que el mono siga encontrando sucesivas lianas en su camino, que sus manos topen con un escenario al final de cada salto. Y quede aquí mi reconocimiento a quienes se curran la monada, un aplauso que debe llegar también desde la sociedad portuense: el turismo es lo que pasa mientras diseñamos el logotipo.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
11 de Octubre de 2015

domingo, 27 de septiembre de 2015

JORNADA DE REFLEXIÓN


Uno coincide con la sensación, ampliamente extendida, de que El Puerto de Santa María posee un atractivo que no llega a explotarse por completo. Hoy, Día Mundial del Turismo, podría reflexionarse sobre dos aspectos, entre otros: el hecho de que, con quince kilómetros de costa y más de 3.200 horas de sol anuales, sólo haya un hotel a pie de playa (el Puertobahía, en Valdelagrana), lo que probablemente nos conceda el récord nacional a la menor densidad hotelera en primera línea, y la circunstancia de que numerosos edificios históricos y artísticos (Basílica, Fundación Alberti, Palacio de Purullena, Monasterio de la Victoria…) se encuentren, según los casos, con problemas inherentes a la edad, con las puertas cerradas en las pituitarias del viajero, o con ambos factores a la vez.

Turísticamente, El Puerto es una ciudad en la trastienda, que oculta sus encantos. Los últimos años han deparado cierto exceso de confianza, una sobrevaloración que invitaba a pensar que los visitantes llegarían de manera inercial, sometidos a nuestros méritos meteorológicos y a nuestra idiosincrasia sin igual, cuando lo obvio es que todo hay que ganarlo día a día y que otros enclaves se esfuerzan en logros como mantener en perfecto estado de revista el mobiliario urbano, desplegar precios razonables en su hostelería y programar conciertos musicales que arrastran miles de seguidores y que aquí, nadie sabe por qué, dejaron de organizarse.

Obtener ese potencial poniendo en valor tanto como está pendiente de asomar a la luz es el verdadero objetivo, el auténtico eje central, que han de plantearse el sector público y el privado y no perderse en debates convenientes pero más secundarios como el del logotipo, tan del gusto del frentismo hispánico.

El Día Mundial del Turismo que se conmemora hoy, que el Ayuntamiento celebró ayer con la exquisita sensibilidad de dedicarlo al turismo accesible,  debiera ser una jornada de reflexión para que los portuenses se planteen, incluso desde la óptica individual, qué pueden hacer ellos por esta actividad, económica, desde luego, pero también social, revestida de un innegable componente humano.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
27 de Septiembre de 2015





domingo, 13 de septiembre de 2015

OPORTUNIDAD DEL GRIS


El pasado lunes, mientras observaba el ataúd de José María Ruiz-Mateos saliendo del Hospital Santa María de El Puerto, transportado por dos trabajadores de la funeraria hasta el vehículo que lo llevaría al asilo de las Hermanitas de los Pobres, bajo la expectación de las cámaras y la curiosidad de algunos transeúntes, me asaltaron varias sensaciones, algunas incluso contradictorias. La primera respondía a la expresión clásica: “La muerte todo lo iguala”. Quien llegara a ser el hombre más rico de España, el financiero que comandase empresas cuyos números  rondaban el 2% del PIB, era ya un cuerpo sin vida.

Luego pensé que este es un país dado a los juicios grandilocuentes, extremos, poco proclive a valorar el gris de los matices. Ruiz-Mateos fue emborronando su trayectoria progresivamente y cometió ilegalidades, pero las crónicas no inciden en aspectos como la sentencia del Tribunal Constitucional que en 1983 declaraba legal la expropiación del holding… por el voto de calidad del presidente, que rompía el empate (seis magistrados, la mitad del pleno, consideraron la actuación no ajustada a derecho, lo cual se antoja inquietante para una operación de tal calado y conduce a plantearse preguntas sobre la equidad de una medida tan radical). Tampoco se ha hablado mucho de la gestión del proceso reprivatizador, en mi opinión uno de los aspectos más polémicos, y en algún caso directamente escandaloso, de los gobiernos de Felipe González.

Se observa en los medios a quienes, con toda razón, se quejan del balance  de Nueva Rumasa, esa iniciativa que sobró en el currículum del empresario roteño y que ha llevado a numerosos accionistas individuales a perder dinero, pero apenas aparecen las personas que, siquiera por trabajar con él en sus mejores momentos, los iniciales de su trayectoria, gozaron de una provechosa experiencia y escasean las citas a su labor altruista.

Ruiz-Mateos era un personaje hiperbólico. Bajo esa característica protagonizó cosas muy buenas y otras muy negativas. Toca recordar que el gris es un color con frecuencia imprescindible, más revelador que las tentaciones reduccionistas del blanco o el negro.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
13 de Septiembre de 2015


domingo, 30 de agosto de 2015

INTRAHISTORIA COMERCIAL


Si todo sigue el destino anunciado por la propia empresa, Perfumerías Big Ben pondrá fin mañana a casi cuatro décadas de historia. Vayan por delante mi tristeza por el hecho y mis mejores deseos para quienes forman parte de esta entidad, tantos años emblema en su sector, de la que fui cliente en más de una ocasión.

Big Ben se integra en el pasado como consecuencia de una crisis económica general que afecta sobremanera a epígrafes como el suyo, una crisis agudizada por lastres oriundos como el despoblamiento del centro urbano (algo que todos admiten pero nadie remedia) o la falta de aparcamientos gratuitos (llegará el día en que alguien se pregunte por qué la administración se abre generosa al altruismo en cualquier ámbito excepto en el de estacionamientos para vehículos).

Negocios como el citado, debido a su simbolismo, proyectan con su clausura un magma especial de incertidumbre y desazón sobre el sector, que agrava los juicios negativos en los consumidores y el desánimo en quienes se enfrentan a lo que hoy es un reto hercúleo: mantener una firma en un marco legislativo más inquieto por otros asuntos.

Los miles y miles de pequeños empresarios que se ven obligados a integrarse en las listas del desempleo, poniendo en ocasiones un tan indeseado como injusto broche a una larga vida de trabajo, a la aportación comunitaria que supone la carga fiscal liquidada innumerables ejercicios, son víctimas de este hondo y dilatado socavón financiero, aunque el dolor de su grito resulte más silencioso por su dispersión geográfica, su falta de costumbre organizativa o un sentido del civismo que les impide considerarse parados con mayores derechos que otros y exigir ocupación a los ayuntamientos, la Junta o el Estado central a base de destruir el mobiliario urbano o alterar las normas básicas de convivencia.


Con la muerte de los comercios perdemos algo de nosotros. Cuando sus escaparates se esfuman del entramado viario hay una parte de nuestra memoria, de la memoria menos íntima pero no por ello menos nuestra, que se va, porque sus estampas contribuyen a forjar el paisaje cotidiano, los escenarios por los que caminamos o en los que se detiene el capricho de la mirada.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
30 de Agosto de 2015

domingo, 16 de agosto de 2015

AL BORDE DE LOS NÚMEROS


El equipo de gobierno ha reconocido su desasogiego ante la posibilidad de que el Ministerio de Economía y Hacienda retenga la Participación que corresponde al Consistorio en los Ingresos del Estado, PIE, como castigo por el incumplimiento de plazos en que incurre a la hora de abonar las facturas a sus proveedores: según detalla el alcalde, David de la Encina, la ley al efecto (puesta en marcha, con buen criterio, en 2010), estipula el periodo de abono en 30 días, siendo la media local paganinesca de 127.

Lo cierto es que si uno echa la vista atrás comprueba que la situación presente es mucho mejor que la pretérita, cuando cobrarle una factura a  cualquier entidad pública condenaba a unas esperas similares a las de la sentencia a un recurso de inconstitucionalidad, de modo que el simple hecho de operar con la Administración suponía para el empresario una especia de ruleta rusa financiera, lindante con la temeridad o incluso el altruismo, en la que el privado debía esgrimir músculo monetario.

En rueda de prensa genérica sobre el contexto pecuniario el ejecutivo ha indicado que el débito con las contratas sigue siendo alto: como es habitual, la concesionaria de limpiezas, FCC, se alza como la que mayores cantidades reclama, unos 11 millones de euros, demostrando que para el Ayuntamiento resulta literalmente imposible presentarle a este acrónimo no ya cierto equilibrio financiero, sino un déficit políticamente correcto (si uno apresta la calculadora observa que la rémora con FCC supone un 10% del presupuesto municipal anual).

Parece ser que los números rojos totales rondan los 180 millones de euros, en torno a 30.000 millones de las antiguas pesetas (en la moneda antigua se antoja una cantidad mayor y como más obligada de abono). Nos referimos a la última cifra expuesta, pues los guarismos ofrecidos sobre este concepto varían con independencia de lo que dicten los epígrafes de ingresos y gastos (la economía, como el arte, también admite sus interpretaciones).


Al menos existe la intención de que los próximos presupuestos estén aprobados antes del inicio del año al que se destinan, algo de todo punto lógico: el calendario moresquiano se empecinaba en ubicarlos a posteriori, entrados julio o agosto, como si en lugar de empezar el año con las uvas principiara a la par que el fiscal.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
16 de Agosto de 2015

viernes, 31 de julio de 2015

REFLEXIÓN NATURAL


En la playa de Las Redes, observando el sol esconderse, poco a poco, en la cueva del horizonte, entregándose con esa cadencia perfecta con la que sólo se administran los crepúsculos, uno acaba confeccionando una dimensión distinta de los ámbitos del mundo.

Todo parece quedar atrás, a la espalda, ajeno, mientras el cielo se demora en su sinfonía de colores, hasta que los rosados y los malvas ceden en la batalla, la noche despliega su telón de estrellas y el mar parece disponerse a una suerte de sueño, de calmosa tregua, que el firmamento contempla.

Acostumbrados a la vorágine cotidiana, presos de multitud de pequeños acontecimientos que nos invaden la atención de continuo, entre los que se encuentra la considerable carga de estrés que aportan objetos tan presuntamente inocuos como un teléfono móvil, el ser humano va perdiendo la práctica de observar, de realizar algo tan sencillo como detenerse y comprobar los detalles que se nos ofrecen alrededor, de seguir tranquila y minuciosamente el proceso de algo.

Las espumas extendiéndose sobre la orilla pudieran emplear un lenguaje que uno consiga descifrar si le dedica el tiempo suficiente a demorarse en ese último navegar de las aguas sobre la arena. El modo en que los barcos se acunan en el caprichoso dictado de la marea, bajo una luna satisfecha en su blancura, sostenida en su milenaria quietud, ocultas ya las gaviotas, debe también guardar un mensaje para cuyo escrutinio resulta necesario empeñarse.

La naturaleza posee su propia magia: si uno se ensimisma en su espectáculo cree encontrarse de alguna manera consigo, resultar inmune a cualquier daño, adquirir una percepción más elevada, incluso trascendente, sin necesidad de separar los pies de la tierra, por pertenecer, de hecho, a ella.

El indeciso discurrir del alba, el furor azul del mediodía o un anochecer como los que se desvelan desde cualquier playa de la ciudad, encierran su poesía particular; no requieren de palabras, de elucubraciones más o menos espontáneas: sólo de una mirada que teje sus versos al ritmo de la luz, su rima en la sucesión de tonalidades, y que ejercita su pincel en el asombro.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
2 de Agosto de 2015


domingo, 19 de julio de 2015

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE


Un mantenimiento más prolongado del habitual de unas temperaturas algo más altas también que de costumbre ha provocado multitud de reacciones en medios de comunicación y redes sociales alertando de un hecho singular: este verano vuelve a hacer calor. Hay incluso quienes, llegando más allá, vaticinan que, una vez finalizado el estío, acaecerá un otoño prólogo de un invierno en el que retornarán los fríos (en El Puerto humedad, variante etiológicamente compleja sobre la que ha de pronunciarse la Organización Meteorológica Mundial).

Reconozco que siempre me ha sorprendido esa pasión, ese seguimiento minucioso, que tantas y tantas personas realizan sobre algo en definitiva tan cíclico como la meteorología. Algunas, en alarde de memoria, sin acudir a la estadística, son capaces de aclararte si en julio de este año hizo mayor o menor bochorno que en el mismo periodo de los cinco o diez años anteriores o cuál fue el diciembre más lluvioso de los cuarenta que llevan pagando impuestos sobre el planeta.

Hace unas décadas los hombres del tiempo, que aparecían al lado de una A o una B asediada por enormes círculos concéntricos (a nadie se le había ocurrido que resultaba mucho más descriptiva una imagen de lluvia o de solecito sobre la localización correspondiente), pronosticaban el estado de los cielos durante los tres próximos días, hablando del último un tanto de tapadillo, casi como por compromiso y manifestadas las prevenciones legales correspondientes. Los espectadores les observaban con cierto escepticismo, otorgándoles una atención más espoleada por el hábito cortés que por la estricta fe científica, citándose a veces la variante sádica que esperaba la comprobación de un hipotético error.

Últimamente los meteorólogos le meten mano, sin pudor alguno, a toda una semana, los más valientes se adentran en el mes completo y el más intrépido pronostica los grados centígrados que adornarán el día del juicio final por la tarde, incluida mención a hipotéticas brisas.


La adicción a la meteorología presenta como efecto secundario menor el tedio de no pocos oyentes y como variantes oriundas más graves el daagüismo y el dalevantismo, aunque aquí sea oportuno reseñar que nos adentramos ya en un ámbito patológico. 

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
19 de Julio de 2015

domingo, 5 de julio de 2015

EL LABERINTO ANDALUCISTA


La decisión del único concejal andalucista, Carlos Coronado, de renunciar a su militancia en el PA, integrándose en la Corporación como concejal no adscrito, abre una crisis de consecuencias imprevisibles para la formación de Antonio Jesús Ruiz, un secretario general que asiste a la irónica circunstancia de que, precisamente en su lugar de nacimiento y residencia, el PA se queda sin voz en el salón de plenos mientras anuncian su marcha algunos de los primeros puestos de la lista presentada a las municipales.

El PA parece un partido condenado al fatalismo, de modo que hasta aquellos tiempos de pugna fratricida entre Pacheco y Rojas Marcos lucen mejores que los actuales (al menos entonces desplegaban fuerza electoral, se hacían con alcaldías significativas y poseían parlamentarios en Andalucía, Madrid y hasta Europa). Reducidos después a Cádiz y Sevilla, confinados en los últimos años a un menguante predio gaditano, el PA ha visto incluso cómo los denominados “partidos emergentes” (UPyD primero y luego Podemos y Ciudadanos) casi les borraban del mapa. Sólo la capacidad personal de algunos cargos municipales permite cierta visibilidad al PA, favorecido en la Diputación de Cádiz por las matemáticas.

La historia va demostrando que Antonio Jesús Ruiz ha sido capaz de lo mejor y de lo peor en el andalucismo portuense. Consiguió llevarlo en 2011 hasta los cuatro ediles y lo mantuvo entre 2007 y 2015 en el poder como socio de gobierno, pero continuados errores han terminado por condenar al PA a la casi marginalidad. Para colmo, y como la suerte a veces se revela esquiva, la única acta cosechada por su antaño apadrinado político no sirvió esta vez para sumar número gubernamental, factor que explica la tormenta ocasionada y la ruptura de relaciones entre el ya locuaz Coronado y el ahora silente Ruiz.


El golpe al PA en El Puerto se antoja de los que duran varios años, más incluso que un mandato (eso sin contar el futuro incierto de la marca). En la otra parte, Coronado se enfrenta a un tiempo incierto, pues son muchos los portuenses que, sin culparle del fracaso electoral del PA, observan con mirada escéptica cuando no directamente crítica su atrincheramiento corporativo, adobado por decisiones difícilmente explicables como el repentino cambio de postura sobre la zona naranja.   

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
5 de Julio de 2015

domingo, 21 de junio de 2015

LA FRONTERA DE LA REALIDAD


El nuevo gobierno, surgido del acuerdo entre PSOE, Levantemos El Puerto e IU, nos permitirá, como todos aquellos ejecutivos que quieren imprimir un carácter marcadamente social a su actuación, saber en qué medida son no ya legalmente posibles sino factualmente realizables las iniciativas plasmadas en los programas electorales.

La apuesta emprendida contra la semiprivatización de Apemsa y a favor de que la Plaza de Toros y Pozos Dulces se queden como están, sin horadador aparcamiento subterráneo, ha mostrado su rédito para quienes se han alzado con el poder. Ejecutar ambas promesas supone un coste para las arcas municipales, con el consiguiente quebranto en la disposición de fondos para emprender otras medidas ante una crisis que genera tanta injusticia y dolor, pero un paso atrás en estas reivindicaciones sería difícilmente entendible por los votantes de izquierda.

El nuevo ejecutivo ha creado inusitada expectación: el hecho de que la alcaldía y la orientación ideológica hayan cambiado de signo, que el equipo de gobierno lo integren hasta tres formaciones y que una de ellas, Levantemos El Puerto, se estrene en el Consistorio, suponen factores  generadores de sentimientos que van desde la ilusión hasta la inquietud, pasando por la simple curiosidad. El alcalde, David de la Encina, tiene ante sí el difícil reto de mejorar una ciudad que sufre carencias objetivas y el subjetivo pesimismo existencial de no pocos de sus moradores, y de hacerlo en un contexto, el de un triple acuerdo, nada sencillo para ninguno de los socios de gobierno. Los populares, a su vez, se enfrentan a la necesidad de saber adecuarse a su nuevo papel opositor, circunstancia que les obliga, por ejemplo, a mayor locuacidad que la mostrada el viernes en el pleno de organización.


Por lo demás lo deseable es que el mandato transcurra en un marco en el que todos los partidos políticos puedan defender sus ideas sin que se produzcan espectáculos antidemocráticos como los sufridos en la sesión de investidura por PP, Ciudadanos y PA merced al comportamiento de una pequeña parte del público asistente al Teatro Muñoz Seca, cuya actuación fue más lesiva que beneficiosa para la imagen del tripartito.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
21 de Junio de 2015

domingo, 7 de junio de 2015

EL THRILLER CONSISTORIAL


Un fantasma recorre El Puerto: el fantasma del tripartito. Desde la noche del pasado 24 de mayo no se habla de otro tema en la Casa Consistorial; hasta cuando se producen menciones a la meteorología, a los días de asuntos propios enlazados, a las ausencias de manifestantes en la Plaza, es del tripartito (o del no tripartito, que a efectos conversacionales viene a ser lo mismo) de lo que se dialoga.

Los 25 futuros concejales se dividen en dos bandos: los que se preguntan por qué (12) y los que se preguntan y ahora qué (13). Los primeros (PP, Ciudadanos y PA) son los que se sienten heridos por la voluntad popular, quienes, lo reconozcan públicamente o no, entienden injusto el veredicto de las urnas; los segundos (PSOE, Levantemos e IU) son los que se plantean cómo poner en práctica ese veredicto para su beneficio programático.

Los presuntos tripartiteros pertenecen, a su vez, a tres grupos: los socialistas, tripartiteros sin remordimientos, dispuestos al liderazgo tridentil, IU, tripartitero que comenzó refrenando un deseo que ha terminado por confesar, y Levantemos, hipotéticos tripartiteros situados en la coyuntura de tripartitar plenamente con el PSOE, semitripartitar votando la investidura de David de la Encina pero sin firmar un acuerdo de gobierno o, teoría menos probable, no tripartitar permitiendo un ejecutivo en minoría de un PP al que el pasado miércoles se le atragantó la ruptura de disciplina de voto de la réproba Leocadia Benavente.

Van los días llenándose de reuniones, anunciadas o clandestinas. Incluso hemos llegado a un punto teológico que confirma la existencia de la resurrección: no hay más que ver el retorno a la sede de Ximénez de Sandoval de algunas viejas glorias del PSOE.

Los cuatro concejales de Levantemos serán los que decidan si El Puerto tiene un alcalde de izquierdas o si gobierna un PP condenado a la no tripartitación. El número 1 de la emergente formación, José Antonio Oliva, suele decir que antes de las elecciones había quienes se referían a ellos como “los tontos de las pancartas”. Reza un proverbio chino: nunca desprecies a “los tontos de las pancartas”, pueden llegar a ser llave de gobierno.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
7 de Junio de 2015


lunes, 11 de mayo de 2015

ENTRE EL TORO Y LAS URNAS


La Feria de 2015 pasará a la historia como la Feria del toro. A veces las cosas, en ocasiones intrincadas, devienen sencillas. La iniciativa de ubicar el luminoso y diurno emblema ha sido tan plásticamente certera que sorprende que a nadie se le hubiese ocurrido antes. Las buenas ideas suelen caracterizarse porque, una vez materializadas, no parecían tan difíciles de pergeñar, moradoras de la punta de cualquier neurona… pero las adorna la circunstancia de que a ningún otro cerebro se le ocurrían. Más de un ayuntamiento empezará a plantearse estrategias similares, en una especie de lid creativa desatada desde Las Banderas, como un reto que hace temblar el portadismo tradicional, de tres o cinco cuerpos, y propone la variación, siquiera por la tendencia humana a cambiar estéticas de cuando en cuando.

El montaje del toro ha supuesto tal capacidad de convocatoria que hasta ha atraído al consejero delegado de Iluminaciones Ximenez, Francisco Jiménez, un señor que lleva años al frente del voltaje festivo local pero cuyo rostro teníamos en la más absoluta oscuridad. Se mostró locuaz en la noche del miércoles, respondiendo a los periodistas en esa tribuna institucional más repleta que los alrededores de la Basílica en la recogida del Nazareno.

Hay emblemas que parecen situarse por encima del bien y del mal: uno de ellos es el toro y otro Juan Lara. A los efectos de cartelizar Las Banderas siempre nos quedará Juan Lara, valor seguro exento de crítica selectiva, al menos públicamente formulada, aunque la temática de la obra pueda estar un poco cogida por los pelos, en interpretación libre, que se dijera, como ocurre en este año.

Acorde a los tiempos la Feria experimenta su recorte particular, reduciendo su número de casetas, aunque la economía es ciencia social (esto es, no perfecta), de modo que la aminoración no tiene porqué relacionarse con una disminución de la dicha (el número de casetas de la Feria es un indicador de la evolución económica más seguro que el consabido número de coches vendidos o de frigoríficos incrustados en las cocinas, pero el INE y los jartibles gurús financieros de las tertulias se empeñan en seguir ignorando el dato).

La circunstancia electoral también deja sus huellas: el ciclo democrático-albérico impone que, finalizados los tres años preceptivos de sequía, advienen las urnas. Tocan elecciones municipales y hay ocho formaciones, cuatro caseteadas (PP, PSOE, PA e IU) y cuatro en presunta vía de caseteamiento (UPyD, Ciudadanos, Queremos y Levantemos). La medida en que las cuatro últimas consigan llegar a casetearse dictará el alcance de su futuro político.

Por lo que respecta a las dedicatorias cree uno que habría que atar mejor la representación institucional antes de lanzarse a regalar homenajes. Salvo causa de fuerza mayor que no ha trascendido (y si la había, lo suyo es que trascendiera) hay que escribir que la ausencia del alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, en la inauguración del alumbrado y la rotulación de una calle con el nombre de “Ciudad de Sevilla” es, sencillamente, un desaire. Aquí ha llegado a venir hasta José María Álvarez del Manzano cuando era alcalde de Madrid, con lo que Zoido ha quedado más mal que bien, incluso reconociendo el empeño de su concejal de Fiestas, Gregorio Serrano, quien, puesto a echarle ganas, hasta se le da un aire. Si la dedicatoria de la Feria de El Puerto no le parecía al alcalde de Sevilla, agobiado como está por el auge demoscópico de Ciudadanos, argumento suficiente para desplazarse más le valdría al ejecutivo local haber destinado el detalle a otro lugar donde su máxima representación política e institucional se mostrara más respetuosa y consecuente. 

La decisión del jurado de exorno de casetas de declarar desierto el aderezo exterior ha llevado a reflexionar al concejal de Fiestas, Millán Alegre, sobre la oportunidad de fomentar ese mamposterismo al que hace unos años se le apuntilló con el indulto lonero en la avenida principal. Las lonas tienen su función, su carácter mesocrático ferial, son absolutamente respetables, pero uno siempre ha defendido, y lo hizo en su día en estas páginas, la conveniencia de otorgarle su puntito a la estratégica avenida. Los programas de los partidos políticos deberían definir a las formaciones como loneras o mampostéricas, asunto no menor, aunque uno tiende a pensar que los sellos tradicionales guardan también aquí su traslación. El modo en que se conforme la calle central en la Feria de 2016 derivará del resultado electoral: el centro-derecha apuesta por el ladrillo, la izquierda por el lonaje.

Cierro la crónica apuntando la oportunidad de estudiar el género musical que emiten los altavoces. Es marcadísimamente taurino, de modo que más que pasear por Las Banderas te crees sentado en los tendidos de la Plaza Real. Unas sevillanitas (alegres, no de esas que parecen telenovelas castañeteadas) pegarían mejor.


Francisco Lambea
Diario de Cádiz
11 de Mayo de 2015

domingo, 26 de abril de 2015

LA POLÍTICA Y EL AMOR


La campaña electoral para las municipales de mayo va dando a conocer la mayoría de las listas de las formaciones políticas con una parsimonia tal que algunos partidos están trasladando la sensación de que, más que sentirse orgullosos de las mismas, han tenido que cumplimentarlas cual obligado trámite. Vivimos unos tiempos difíciles, convulsos, que también llegan a la ciudad, que aporta, como es tradición, sus peculiaridades.

Los ecos de las urnas siempre parecen llegar más tarde a El Puerto, ahogados bajo el estruendo de las motos, ocultos por los destellos provenientes de Las Banderas. Finalmente son ocho las siglas que concurren. El PP, con un candidato, Alfonso Candón, mejor que un Enrique Moresco habitante del olvido, lucha contra un panorama nacional adverso, mientras que sus socios de gobierno, los andalucistas, se enfrentan a un contexto complejo, creado por sus propios errores. Las huestes de Silvia Gómez han encontrado el oxígeno de Ciudadanos, el PSOE pugna contra ese peculiar y consuetudinario techo local cuya explicación requeriría de varias tesis doctorales e IU compite con el fantasma de Podemos, que en la versión portuense es un Levantemos recién bautizado. Queda citar a Queremos, formación que restará votos a los populares, pero cuyas posibilidades de conseguir edil son inciertas, y a una UPyD a la que los comicios autonómicos han sumido en una crisis nacional que amenaza con eliminar la posibilidad de asomar en la Plaza Peral.


La impresión existente en la calle es que el salón de plenos que surja de las elecciones será más plural que el anterior, añadiendo al menos una sigla, lo que elevaría a seis las elegidas, y con una menor diferencia entre la opción más votada y la segunda. Hay una tesis según la cual nadie obtendrá mayoría absoluta y la papeleta más apoyada será la del PP. La tesis entiende que si los populares no suman trece con Ciudadanos (la teoría descarta que los números la permitan con el PA) dicha mayoría requeriría de un tripartito o incluso de un cuatripartito. Definir ahí el signo de la alcaldía se torna arduo: en política, como en el amor, un escenario con más de dos actores resulta imprevisible.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
26 de Abril de 2015 

domingo, 12 de abril de 2015

LA FIESTA DEL DEPORTE


El Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca acogió la noche del pasado jueves la gala bianual de los Mejores Deportistas Portuenses. La fiesta reconoció a 19 deportistas individuales, sin olvidar la entrega de dos premios a sendas instituciones deportivas, además de conceder dos menciones honoríficas, cuatro menciones a entidades y seis menciones especiales, designando al boxeador Alejandro Camacho como el mejor del periodo 2013/14. Fue en el transcurso de una cita teñida de buenos valores, en la que se respiraba un ambiente familiar y hasta entrañable.

Pocas veces se habla de la lozana salud del deporte en la ciudad, un factor que se demuestra en el importante nivel competitivo adquirido por algunos de nuestros paisanos, que incluye campeonatos mundiales, europeos o nacionales, además de un sinfín de entorchados autonómicos, y en el alto número de practicantes, que incluso obliga al ejecutivo local a la construcción de nuevos equipamientos.

La gala distinguió a personas con diferentes características: desde quienes afrontan la práctica deportiva inmersos en el profesionalismo a quienes lo hacen intentando alcanzarlo o como una simple, a la par que grande, filosofía de vida, superando, si es necesario, todo tipo de dificultades, incluidas las limitaciones físicas. El jurado tampoco olvidó ensalzar a quienes ayudan a la actividad detrás de los focos, bien en la organización administrativa o en una cuasi altruista actuación privada, como se demostró en el caso del Recreativo Portuense, algunos de cuyos miembros han destinado patrimonio particular al sueño de poner en marcha el Complejo Marcos Monge sin situar por delante la seguridad de que su dinero llegue a retornar algún día.


El ejercicio deportivo incluye tantos beneficios, individuales y colectivos, corporales y anímicos, que sólo la torpeza de nuestros sucesivos gobernantes impide conferirle un mayor protagonismo en los planes de estudio: mientras observaba la gala pensaba en cómo vivimos en una sociedad donde continuamente se habla de salud pero donde los colegios arrinconan la educación física, uno de los pilares de la misma. 

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
12 de Abril de 2015

domingo, 29 de marzo de 2015

EXTRAPOLACIÓN INERCIAL


Los dos grandes vencedores de las votaciones autonómicas en El Puerto son Podemos y Ciudadanos. En el caso de Podemos (8.431 votos) es más imprevisible la traslación al resultado municipal, pues no concurrirán con ese nombre, sino con el de Ganemos, una suerte de franquicia que despista al elector, pero en el del partido de Albert Rivera (5.394) resulta obvio que, por mucho que se trate de comicios distintos, las huestes del otrora Independientes Portuenses reciben una alta dosis de moral, muy conveniente para su coyuntura (no se enfrenta uno a las urnas con el nombre cambiado todos los días).

El Partido Popular esgrime el hecho de seguir siendo la fuerza más votada con sus 11.407 papeletas, un dato no baladí cuando se observa que Podemos ha ganado en la ciudad de Cádiz (en mi opinión el resultado más sorprendente de todos los deparados por las elecciones andaluzas), pero la pérdida de 5.600 apoyos sobre las regionales anteriores debe inquietar en la formación.

Los socialistas, con sus 8.810 votos, mantienen el tipo sobre los poco más de nueve mil recibidos en 2012. Mayores motivos de preocupación hay para una Izquierda Unida que pasa de 4.660 a sólo 2.588, muestra del arrasamiento coletero, y no digamos ya para el Partido Andalucista, con mucho el gran derrotado de la cita. El candidato a la presidencia de la Junta, el portuense Antonio Jesús Ruiz, ha recibido la colaboración de 1.406 paisanos, cifra muy inferior a los 2.526 que hace tres años apoyaron a una candidata cuyos apellidos sólo recuerdan los politólogos más concienzudos.

El pésimo resultado del PA, que lo condena a seguir careciendo de  representación en el Parlamento, coloca a la candidatura que encabeza Carlos Coronado en una posición de salida muy incómoda. A Coronado le queda un duro trabajo por delante para evitar que el poder andalucista en el salón de plenos retorne a uno o dos concejales cuya importancia dependa del capricho de las matemáticas.


El panorama tampoco es optimista para una UPyD a la que las votaciones de los andaluces han abocado a la mayor crisis de su historia. Milagros Domínguez tiene ante sí un reto más arduo del que esperaba. 

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
29 de Marzo de 2015

domingo, 1 de marzo de 2015

FATALISMO CONGÉNITO


Algunos de los paisanos cuyas bocas proclaman de continuo que El Puerto está muerto son las primeras plañideras y los cadáveres iniciales. Admitiendo que la ciudad presenta carencias, que en los últimos años la gestión pública no siempre ha estado comandada por el acierto (la de todas las administraciones, no sólo la municipal) y, sobre todo, que la situación económica inspira lógica y profunda desazón, uno tiende a pensar que varios conciudadanos padecen un plus de apatía sin remisión posible.

La actitud negativa llega a tal extremo que hay quienes, obviando, por citar un ejemplo concreto, el relanzamiento que experimentan los carnavales, defienden la peregrina teoría de que el Consistorio los borre del calendario festivo bajo el irrefutable argumento de que los de Cádiz son mejores. La ciudad está superpoblada de daagüas,  dalevantes y funerarios de variopinto pelaje. Un heterogéneo grupo de cenizos que se sienten injustamente tratados por el destino cruel que ha dado con sus huesos en unos predios repletos de inútiles, gravosa carga que ellos, brillantes inteligencias condenadas al anonimato ante mediocridad tanta, se ven obligados a soportar.

A pocos de ellos se les conoce propuesta concreta, acción puntual, gesto solidario, invención milagrosa: se limitan a criticar aquello que se mueve, cualquier iniciativa que se emprenda. Tan sólo la Feria parece escapar a ese pesimismo enquistado que obvia potenciales como el clima (la humedad es insoportable), las playas (hay que pagar por aparcar), la motorada (genera ruido y sólo gana dinero Romerijo), la vela (exclusividad de ricos), la programación cultural (entradas prohibitivas), el patrimonio histórico (se cae de viejo), el altruismo (algo estará buscando)…


Hay presentaciones de libros, conferencias, debates, talleres, exposiciones, proyecciones cinematográficas o eventos deportivos a los que apenas acude el público, parte del cual es el mismo que arrellanado en el butacón de su casa o acodado sobre la barra del bar esgrime su teoría invariable de que “en El Puerto no hay ná”. Sí hay, con absoluta seguridad, algo: su fatalismo tan congénito como tedioso.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
1 de Marzo de 2015

domingo, 15 de febrero de 2015

EL HOMBRE INEXPUGNABLE


Hay noticias que, de reiteradas, nos hacen mayores, nos avivan la memoria, nos inducen a pensar en los informativos de televisión y radio, en los periódicos, que uno lleva detrás, en la incesante inercia de la vida. Ecologistas en Acción ha vuelto a pedir la destitución de Antonio Caraballo como jefe de servicio del área municipal de Medio Ambiente. Es probable que ni siquiera el colectivo conservacionista sepa cifrar el número de ocasiones en que ha formulado tal solicitud, tan propia de él que pareciera formar parte de su articulado estatutario, de su verde ADN.

De entre las variopintas vicisitudes del asunto, recuerdo que hasta se constituyó en su día una comisión compuesta por los grupos políticos con representación en el pleno y el citado Ecologistas, algunos de cuyos miembros no escondían la voluntad de conseguir su defenestración, para lo cual estrujaron los códices occidentales de los derechos administrativo y laboral. Aquel peculiar club de fans tuvo que desistir de su objetivo tras incontables y exhaustas reuniones: cuando se creó la noción de Medio Ambiente, Caraballo ya estaba allí. 

Todo pasa y nada queda, excepto Caraballo en su puesto, cual principio inmutable de la física. El hombre a quien se atribuía lo bueno y lo malo que sucedía en El Puerto (tenía sus rendidos hagiógrafos y sus pertinaces odiadores), el hombre al que uno de sus amigos definió como INEM ambulante en los tiempos de máximo poder (épocas de la alcaldía socialista y primera mitad hernandiana), vive hoy retirado en la invencible atalaya funcionarial que él denomina cuarteles de invierno, sin temor a Podemos, indiferente a los vaivenes del euro, al futuro de la monarquía, yendo de sus árboles a sus asuntos.


De entre las poliédricas perspectivas que proyecta su figura, debe subrayarse que Antonio Caraballo, el hombre tan satisfecho de sí mismo que, en coherencia, decidió autocontratarse, creó escuela, pero escuela sin alumnos aprobados; hay quienes quisieron ser como él, espíritu que guiaba a algunos de sus enemigos, mas nunca llegaron a lograrlo, pues Caraballo sólo hay uno (bueno, dos: con barba y sin ella).

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
15 de Febrero de 2015

domingo, 1 de febrero de 2015

ENCICLOPEDIA NO ESCRITA


La historia de una ciudad es también la historia de sus bares. Enrique Pérez Fernández lo sabe muy bien y su trabajo concienzudo nos permite gozar de “Tabernas y bares con solera. Una historia de la hostelería en El Puerto de Santa María”, un libro de Ediciones El Boletín que tuvo sus orígenes en artículos publicados en este periódico hace veinte años y en un volumen, ahora ampliado, que dio a la luz la entonces Asociación de Hosteleros Portuenses poco antes de asomar el nuevo siglo.

Las investigaciones de Pérez Fernández, un apasionado del ayer local que ya se interesó por parajes como el río Guadalete o el Parque Calderón, tienen esa virtud de hacer presente lo pretérito, y deparan un legado cuya importante valía hay que reseñar y aplaudir, a la espera de un reconocimiento institucional que a uno le parece ineludible.

En 336 páginas que hacen memoria de más de 500 establecimientos existentes entre 1750 y 1975, con la información precisa que aportan 217 fotografías, cabe mucha vida.  Tras las barras de cantinas, mesones, cervecerías o tabancos late el pulso de cada sociedad, se pueden comprobar las inquietudes y las alegrías de la gente, los miedos que los inquietaban y las esperanzas que los vencían.

“La Burra”, “La tienda de Rueda” o el restaurante “La Fuentecilla”, por citar algunos de los locales nombrados, son lugares más ricos para el conocimiento de una época que la sobriedad papirológica de un Registro Civil. Los atuendos, las miradas, los mobiliarios, la camaradería que resucitan las instantáneas, nos sirven para retrotraernos a una época, en algunos casos no tan lejana, desde una óptica que dista de ser la intelectual ortodoxa y que quizá por ello se nos revela mucho más escrutadora y atrayente.

Si los libros pudiesen transcribir las reuniones que se desarrollaron en aquellos ámbitos se mostrarían más sabios, más certeros en su afán de precisar la personalidad de nuestros antecesores, el contexto que les rodeaba. Esos bares ya extintos son volúmenes en blanco en los anaqueles del pasado y las conversaciones que allí se mantuvieron ecos perdidos de una enciclopedia nunca escrita.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
1 de Febrero de 2015