sábado, 20 de diciembre de 2008

ALBERTI Y PICASSO

La Fundación Rafael Alberti conmemora estos días el 106 aniversario del nacimiento del escritor con un diverso programa de actos, que incluye, como especial novedad, una exposición fotográfica del argentino Roberto Otero, coetáneo de Alberti y de Picasso, en la que se recogen 21 instantáneas que inmortalizan la amistad de ambos, las visitas que el portuense efectuaba al malagueño en Mougins, un pequeño pueblo de la Costa Azul, cuando el exilio definía el destino de ambos.
Uno de los libros menos conocidos de Alberti por lo que ha dado en llamarse “el gran público” es “Los 8 nombres de Picasso y No digo más que lo que no digo”, escrito entre los años 1.966 y 1.970, en el que el gaditano muestra, desde la precisión y genialidad de su verso, su rendida admiración por la obra picassiana, a la que rindió culto especialmente durante la génesis del poemario. Se trata también de uno de los volúmenes más difíciles de encontrar de entre la ingente creación de Alberti, aunque recientemente Seix Barral haya facilitado su difusión al editarla con motivo de la publicación de las obras completas (Poesía IV), en una edición espléndida del catedrático de la Universidad leonesa José María Balcells, quien, en una minuciosa contextualización, señala que el volumen “refleja la versatilidad de un extraordinario pintor que también fue poeta y la de un extraordinario poeta que también fue pintor”.
La Fundación Alberti, institución que dirige con eficacia y enamorado celo María Asunción Mateo, ha conseguido que las fotografías, parte de las 1.500 que incluyen los fondos del Museo malagueño, se expongan, por primera vez, fuera del mismo, en una brillante gestión más de una entidad cultural que para sí quisiera cualquier ciudad española, una entidad que contribuye a hacer más grande El Puerto de Santa María y que se erige merecedora de un apoyo institucional que debiera ser creciente, toda vez que la Fundación supone uno de los más justificados motivos de orgullo con los que contamos, algo apreciable a todos los ojos cuya mirada no afecten las deformadoras dioptrías de la envidia o la ignorancia.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
20 de Diciembre de 2.008

jueves, 4 de diciembre de 2008

LA CONSTITUCIÓN

Estos días se hablará algo más de la Carta Magna que en otros años precedentes, pues nuestra sociedad, tan dada a las liviandades del marketing, gusta de detenerse en efemérides redondas (como si las cosas no fuesen importantes en sí mismas, con independencia de los números) y ese documento que, aun con sus ambigüedades, anacronismos e incumplimientos, constituye un texto fundamental en nuestra historia, cumple treinta.
La Constitución de 1.978 nos está procurando un largo periodo de paz y, pese a que éste no parezca el momento apropiado para referirlo, de prosperidad económica; por ello es fundamental explicarla y difundirla, como ocurre en muchos centros educativos de El Puerto, con participación de políticos y juristas, al igual que en tantos otros de España y se hace vital que su conocimiento alcance a más ciudadanos de aquellos que estrictamente opositan a un puesto en el sector público o cursan la licenciatura de Derecho.
El sábado, día festivo para muchos, es una jornada que puede emplearse para leerse la Constitución, por ejemplo, y así saber con propiedad de lo que se habla, en un país (no digamos ya una ciudad) donde agrada en exceso hablar de oídas o se practica el noble ejercicio de pronunciarse sin conocer, en el que la relajación democrática (gracias, por ejemplo, al texto que nos ocupa) provoca que se vote sobre el estatuto de autonomía sin haber ojeado siquiera el estatuto de autonomía (mejor no referirse a las disposiciones jurídicas europeas, para evitar mayor sonrojo).
Hace treinta años, en un día frío pero brillante de Diciembre, muchos españoles se acercaron a una urna con ilusión y recelo, al tiempo, sobre el futuro e introdujeron un sobre en ella que, en la inmensa mayoría de los casos, suponía un guiño a la esperanza, el deseo de superar un ayer cainita.
La Constitución es un libro que en muchos hogares duerme en el olvido de cajones ignotos, pero que debería exhibirse, orgulloso, como el ejemplo de un pueblo que, por encima de todo, quiso caminar hacia adelante.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
4 de Diciembre de 2.008

jueves, 20 de noviembre de 2008

GRATIS TOTAL

Una de las filosofías hispánicas especialmente acentuada en nuestra ciudad es la del altruismo siempre ajeno. Los seguidores de esta teoría, cuyo número de fieles aumenta en una progresión que para sí la deseara la secta más aviesa, acostumbran a intentar, con suertes dispares, el ingreso en todo tipo de espectáculos sin abonar cantidad alguna, llegando, en los casos más agudizados, a transformar el interesado anhelo en un nuevo epígrafe del derecho civil, para lo que recuerdan los numerosos y diversos tributos con los que, presuntamente, ya han cumplido.
Desde el debido respeto a quienes no se encuentren en situación económica de costear según qué entradas y pidiendo excusas porque mi condición periodística me otorgue ciertas ventajas (que no absolutas, ni justo sería) en dicho sentido, he de afear a los practicantes del “gratuismo” (también denominado “naturismo económico”) su reincidente conducta, pues su fervor camina paralelo, preténdanlo o no, al desprecio intelectual para con aquello de lo que desean disfrutar.
La modalidad más ortodoxa de esta tipología epistemológica, evidenciada ya por revelaciones humanas y divinas la imposibilidad de acceso sin estipendio alguno, incluye entre sus preceptos una peculiar versión del principio newtoniano de acción-reacción, por el que el paso siguiente consiste en denigrar la calidad artística de aquello que se hubiera gozado en la anhelada circunstancia. Condición inherente al “gratuista” es la disposición a soportar todo tipo de coyunturas, por muy adversas que puedan presentarse, desde la incomodidad de un asiento revelador del número de costillas y de cualquier imperfección lumbar hasta el averno de las temperaturas más subsaharianas, incluidas las que se generan en la zona denominada VIP de la caseta municipal tras la inauguración de la feria, donde gambas y cochinos sufren hasta después de muertos.
El “gratuista” debería reflexionar, sobre todo en las convocatorias que nada tienen que ver con la degustación gastronómica semimasiva, pues el esfuerzo y la calidad tienen y deben tener su precio.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
20 de Noviembre de 2.008

jueves, 6 de noviembre de 2008

LAS DOS ESPAÑAS

Las dos Españas que coexisten a estas alturas, aún tibias, del milenio, no son solamente las machadianas; las dos Españas actuales, en el año cero después de las subprime, cuando el Banco Central Europeo parece regir nuestras vidas, ese euribor oscilante en el tiempo, las conforman aquellos que son funcionarios y aquellos que no lo son (existiendo una doble vertiente en este segundo y desventurado grupo: la de los pertenecientes al régimen general de la seguridad social y la de los autónomos, esos hercúleos espíritus que requerirían, como los soldados, el monumento al desconocido).
No caeré yo en la exageración de un importante ejecutivo de la zona, que un día me definió a los funcionarios como “los anti-PIB” (cerrada la grabadora, claro) y no lo haré porque, siendo su número tan elevado, toda generalización es errónea de principio, siquiera por estadística y también porque me consta que la labor de muchos de ellos resulta estrictamente loable y necesaria (la de otros, absolutamente contingente): no lo haré, no osaré enfrentarme al primer poder (luego viene ya Montesquieu con sus ingenuidades) pero me pregunto yo cómo podrá este país salir de la crisis cuando todas sus estructuras están conformadas para que los ciudadanos anhelen libar del seno público, ser unos nuevos Rómulo y Remo del capítulo primero de sus presupuestos, huyendo de la más mínima vocación empresarial.
Seguro estoy de que, sin ir más lejos, aquí en El Puerto, muchos conciudadanos se inquirirán con frecuencia si de verdad hay razón tanta para como se quejan determinados colectivos sindicales de las muchas ramas en que deriva el aparato estatal, cuando el horizonte que se contempla al otro lado del Guadalete laboral presenta a los funcionarios como una especie de dioses civiles, con una inviolabilidad próxima a la del Rey, una casta privilegiada a la que sólo le resta que sus convenios colectivos incluyan la inmortalidad actualizada al IPC más un punto (logro que habrían conseguido, de haberse conformado la mesa negociadora, a costa de condenar al fuego eterno al resto de los ya mortales).
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
6 de Noviembre de 2.008

jueves, 23 de octubre de 2008

LA BANDERA

Asistí el pasado domingo 12 al homenaje celebrado a la bandera en el Día de la Fiesta Nacional y me sorprendió la ausencia de representantes de hasta cuatro formaciones políticas (PSOE, IP, IU y PA) a la cita convocada por el Ayuntamiento, en la que sí estaban varios ediles del PP, encabezados por el alcalde, Enrique Moresco y el concejal oficialmente no adscrito (en realidad, adscrito a sí mismo) Fernando Gago.
Una de las cosas que no puedo entender de este bendito país es ese desapego, cuando no directamente hostilidad, que desde algunos ámbitos se manifiesta (en ocasiones con notable hipocresía) para con la bandera española, que no deja de ser un emblema plenamente democrático que une a todos los que se consideran españoles (si algunos nacidos en el territorio patrio, residentes habituales en el mismo y con árbol genealógico nativo sufren crisis de identidad y se sienten finlandeses o paraguayos alguna que otra veleidosa tarde debe ser ya otra cuestión). Una parte significativa de la intelectualidad progreguay ha venido azuzando a la bandera como si ella tuviese la culpa de que el país sufriese una dictadura o como si las fronteras fuesen un mal en sí mismo, cuando, utopías aparte que, de cumplirse, podrían ser espléndidas, lo cierto es que los límites territoriales aportan significativas ventajas, como vivir en un país libre en el que las mujeres no pasean con un burka por la calle ni se gasea a nadie por manifestar pensamientos distintos del gobernante. Aquí, en España, hemos vivido debates tan gloriosos como el tamaño de la bandera instalada en la Plaza Colón cuando gobernaba el PP (después, con Zapatero, que ha seguido homenajeando a la insignia y asistiendo a los desfiles militares, el progreguaísmo prefirió refugiarse en el silencio y abandonar las ironías, mostrando una vez más su habitual coherencia y criterio independiente). Deberíamos, como las naciones de nuestro entorno (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Italia…) ser más afectuosos con nuestra bandera: nos iría algo mejor y no se caería en la paradoja de blandirla cuando triunfa la selección española de fútbol y mirar después para otro lado, obedeciendo a no se sabe qué estúpidos complejos.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
23 de Octubre de 2.008

domingo, 12 de octubre de 2008

PLIEGOS DE POESÍA



La Diputación de Cádiz ha presentado en la Fundación Alberti los cuatro ejemplares más recientes editados dentro de la serie “Siete mares”, colección de pliegos de poesía de autores gaditanos que dirige Mercedes Escolano. A veces los versos no se enmarcan en el formato clásico y previsible de un libro, sino que nos asombran desde una apariencia más leve y grácil, aquélla sobre la que se esforzaban los amanuenses medievales o las manos decimonónicas de un tipógrafo.
Escribe Luis García Gil (“Las gafas de Allen”) sobre esa relación entre el cine y la vida, sobre la duda de un plano o la duda de la razón y también sobre el amor, su resumen en un nombre, el ensimismamiento de la música, la infinitud de su latido o el secreto íntimo que siempre parece esconder una ciudad.
Josela Maturana (“Mar de cloro”) nos habla de la pérdida de los recuerdos, su borrosidad, tejiendo metáforas marinas, esa inmensa pregunta que es un faro clausurado, ese cloro que supone todo lo hostil al espíritu y, al tiempo, ese agua donde puede dibujarse la esperanza.
Vicente Vegazo (“El sueño de la razón”) reflexiona en torno a personas o personajes tocados de algún modo por la desgracia, a veces por la falta de escrúpulos y su visión es hondamente pesimista ante un hombre sumido al veleidoso azar.
Ángel Mendoza (“Luz de hospital”) traza unas duras y hermosas composiciones en las que la memoria tristemente huida es su motivo de reflexión y lo hace desde esa sensibilidad que ya había desvelado en libros suyos anteriores, sabiendo detenerse en las pequeñas cosas para, desde ellas, expresar los grandes sentimientos, unas composiciones donde la niñez, la juventud, asoman clamando.
Posteriormente a la presentación, que nos concedió el valor añadido de escuchar algunos de los poemas en la voz de sus creadores, el público asistente tuvo la ocasión de conversar con esa serenidad que parece habérsenos arrebatado en la vorágine de los días y cuyo vuelo suele posar las alas en instituciones culturales como la propia Fundación Alberti, que El Puerto tiene el privilegio de disfrutar.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
9 de Octubre de 2.008

sábado, 27 de septiembre de 2008

VUELTA A LA MEMORIA




La vuelta a las aulas tiene algo, indefectiblemente, de regreso a la memoria. Hay fechas, acontecimientos, vicisitudes, que siempre nos citan con nosotros mismos, que nos conducen al niño que fuimos, el que descubría la magia de los colores, el que se asombraba ante la magnitud de los ríos o la distante perfección de un círculo, el que sufría en silencio la obstinada dificultad de los números, el niño que después se tornaría en un adolescente que cruzaba las puertas del instituto envuelto en complejas nieblas de ilusiones y miedos, empezando a sufrir las tribulaciones de ese ángel, preciso o impreciso, que es el amor.
Miras a los niños emprender el camino del colegio por esas calles que en verano han recorrido experimentando una extraña suerte de liberación y eres tú el que camina con el peso de la cartera sobre los hombros, en medio de un tráfico menos denso y más respetuoso, preguntándote la naturaleza del profesor que te habrá designado la mano de un destino inefable, inquiriéndote sobre la identidad de los compañeros que vivirán contigo ese cerrado universo de nueve meses, sobre tu destreza para afrontar los nuevos retos, que se presentan como unos maquinales trabajos de Sísifo.
Los adultos que ahora somos construimos nuestras primeras imágenes en esa dicotomía que supone la metódica permanencia en las aulas o la acracia natural del estío y, pasados los años, cuando te encuentras con aquellos docentes que te enseñaron los sonidos que nacen de las letras o el secreto final que albergan las ecuaciones, compruebas que el tiempo, ese curso de apariencia infinita que siempre incorpora nuevas asignaturas y que nunca termina de aprobar el nivel de tus conocimientos, no pasa sólo por ellos, sino también por ti: descubres que, contrariamente a esa sensación de apertura de nueva etapa que se experimenta cuando uno finaliza lo que se ha dado en llamar educación reglada, en realidad seguimos siendo alumnos en ese aula gigantesca que es el mundo, donde la edad se metaforiza en una sucesión de niveles en la que los examinadores se multiplican.
Confiemos en que quienes regresan estos días a clase atesoren razones para que en el futuro les sea grato entornar la puerta de los recuerdos, encontrando tras ella el calor de una nostalgia cómplice.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
25 de Septiembre de 2.008













jueves, 11 de septiembre de 2008

LOA VERANIEGA

Uno de esos absurdos tópicos de nuestra sociedad (y los tópicos son otro objeto de consumo más, como los coches, las colonias o las hamburguesas) consiste en asociar el verano, la estación del año más telúrica, más rebosante de luz y vida, a lo efímero, lo frívolo o lo insustancial. Así, los programadores televisivos se relajan y acostumbran a endosarnos productos menores, que ellos consideran específicos para la canícula, como una especie de saldo catódico, como si el advenimiento de julio o de agosto hubiese reducido el nivel intelectual del espectador, la consideración que merece como ciudadano del espectro audiovisual. La literatura tampoco escapa a esta impuesta banalidad y se habla de “libros de verano” insinuando que uno no puede leer “El criticón” o “Espadas como labios” bajo la consuetudinaria edificación ilegal de la sombrilla, mientras el sol incendia la arena de Las Redes. Ni siquiera el amor es respetado cuando el estío, limitándose a cumplir su inercia milenaria, se apodera del almanaque, de modo que cada año regresa esa expresión tan estúpida como hipócrita del “amor de verano”, dando por hecho que si uno se enamora en junio su relación será más breve que si se encapricha en marzo o en noviembre y entendiendo que toda pareja que se formalice en el mayor imperio del astro rey presenta como única aspiración la de la coyunda libidinosa, adobada de la preceptiva indiferencia nada más asomar Octubre, reduciendo los sentimientos y los cuerpos a vulgares comentarios de oficina en los lunes más arduos. Hasta el periodismo se abona a esta sucesión de expresiones tontorronas merced a las “serpientes de verano”, siguiendo en ese simplista camino de entender que todo es perdonable en dicha época, toda vez que el hecho de que el sol alcance su máxima altura en el Hemisferio Norte parece conceder una suerte de unánime jubileo civil por el que cualquiera puede manifestar cualquier cosa sin mayor responsabilidad.
Me temo que el verano, ese intervalo al que, también desde la idiocia, se le acusa de breve cuando viene a durar lo mismo que cada una de las otras tres estaciones individualmente consideradas, no nos merece.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
11 de Septiembre de 2.008

sábado, 30 de agosto de 2008

JULIO



El Puerto ha tenido la fortuna de ser incluido en la gira de Julio Iglesias, en esa Plaza de Toros por fin convenientemente aprovechada para otras actividades ajenas a la lidia. El artista repasó su dilatada trayectoria musical, canciones que tantos aspectos abarcan de las emociones de la vida y lo hizo con una voz que ya no se encuentra en su mejor momento fónico, pero que sigue conservando ese encanto peculiar que ha hecho de él el intérprete latino que más discos ha vendido en la historia (sólo 300 millones), respaldado por unas composiciones y arreglos espléndidos y por unos coros inteligentemente seleccionados.
Iglesias siempre ha sido muy peculiar y esas circunstancias han ayudado también a engrandecer su leyenda: se divorció de Isabel Preysler cuando en nuestro país apenas se divorciaba nadie y se acabó marchando a Estados Unidos, viaje que emprendían aún menos compatriotas. Aquel exilio elegido le confirió un aura de cosmopolitismo y distancias muy provechoso, aunque siempre ha armonizado su universalidad con la valentía de presumir de españolismo cuando Fernando Torres no había destrozado aún el Plan Ibarretxe, ser español era una excusa y no una responsabilidad y enarbolar una bandera nacional suponía la excomunión civil en muchos ámbitos.
Julio Iglesias se ha mantenido por encima de muchas cosas, incluso por encima de los ataques recibidos en aquellos años ochenta por el sectarismo que suele acompañar a la izquierda cultural oriunda, que no podía soportar que el cantante no coincidiera con sus ideas y que reventaba directamente de envidia al contemplar sus reiterados y multiétnicos alardes amatorios (a la izquierda le descuadra notablemente que la derecha se muestre más fornicadora).
Yo disfruté del concierto y me felicito de la promoción que su presencia supone para la ciudad, pues acostumbro a alegrarme cuando entiendo que algo es beneficioso para El Puerto, por lo que pido humildemente disculpas a algunos paisanos que no participan de esta mala costumbre mía.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
28 de Agosto de 2.008

jueves, 21 de agosto de 2008

PRESENTACIÓN DE "MEDITACIÓN DE TU NOMBRE" EN LA ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DE CÁDIZ (18 DE ENERO DE 2008)

Con el libro en primer plano: su autor, al fondo

Vista general del salón de actos de la Asociación de la Prensa de Cádiz

Interviniendo en la presentación del libro

Vista general de la mesa

Escuchando a Basilio Rodríguez Cañada, editor del libro

María Asunción Mateo, prologuista del volumen, en primer término
Con Basilio Rodríguez Cañada, director de SIAL Ediciones

viernes, 15 de agosto de 2008

LA ESTACIÓN

Las estaciones de trenes han ido perdiendo, como tantas otras cosas en estos tiempos, su halo de magia, de cierto misterio, para convertirse en un elemento más de la vida cotidiana, un elemento claudicante al sacrílego yugo de la funcionalidad, ese término de apariencia inocente y servicial bajo el que tantas veces respira el signo de la devastación, la excusa necesaria para revestirlo todo de un estilo aséptico e impersonal que degenera lo sencillo en uniforme simpleza.
La fachada de la antigua estación no era, debe reconocerse, un privilegio local, pero mostraba, al menos, determinados rasgos definitorios, con ese aire de decadentes años sesenta que parecía presagiar la frenética irrupción de Paco Martínez Soria en los andenes, camino de Madrid, con las maletas abriéndose justo al poner el primer pie en las escalerillas del vagón, ofrendando al resto de viajeros la consiguiente exposición de jubones. La estación de tren actual, por contra, la ha diseñado el responsable sin más, por la sencilla y administrativa razón de que algún concurso público le ha encargado poner en pie un enclave ferroviario que sirva estrictamente para lo que tiene que servir, unidades a un lado y otro sin entorpecerse en exceso ni chocar en caso alguno y espíritus en tránsito que no se desesperen más de lo debido ante la caprichosa incertidumbre de sus destinos particulares. Pero hasta ahí llegamos. Te vas acercando, observas el frontal y no sabes si pedir un billete a Zaragoza o una pizza con anchoas de Santoña. Además, ignorantes (o excesivamente conocedores) de la idiosincrasia nativa, las autoridades determinaron utilizar la piqueta sin advertir previamente sus intenciones ni conceder oportunidad a la creación de la correspondiente plataforma, variante portuense del democrático derecho al pataleo.
La historia es una sucesión de telones que varían el escenario aunque se mantenga el fondo de la obra: la antigua estación formaba parte de la memoria sentimental de muchos portuenses y merecía, ya decidido su cambio, que la extinción no diera paso a unas instalaciones que sólo transmiten por toda emanación artística el rutinario paso de los días.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
14 de Agosto de 2.008

sábado, 2 de agosto de 2008

EL PGOU

A estos tiempos de crisis ( la libertad es poder escribir crisis y no “ desaceleración ” ), los portuenses, tan amigos de aportar nuestra idiosincrasia a toda coyuntura, añadimos la falta del PGOU. Los ciudadanos se encuentran expectantes ante uno de esos hechos cuya trascendencia merece inspirar el devenir de los calendarios, denominar una nueva era, de modo que las sucesivas efemérides puedan también reseñarse partiendo de tal hito ( que los más optimistas vislumbran para 2.010 y los más pesimistas incluyen en los actos del Bicentenario ): así, no se hará extraño escuchar que Fulano casó en el año seis después del PGOU o que Mengano vino al mundo en el año dos antes del sacrosanto documento.
Es como si el PGOU fuera para El Puerto lo que la Expo para Sevilla o Zaragoza: sin este gozoso acto administrativo, los portuenses hemos ido degenerando en tristes DSP ambulantes, fichas sin planeamiento a la espera de un destino en lo urbanístico, almas pusilánimes que no hacen camino al andar, que ignoran dónde van, ni de dónde vienen, ni cuándo se aprobará el PGOU.
Inocentes a la falta de tan beatífica legislación, Menesteo fundó la ciudad a su antojo y por ella deambularían, ajenos al aprovechamiento medio y a los estudios de detalle, fenicios, visigodos, musulmanes, cristianos e invasores franceses, expropiándose sin otra suerte de alegaciones que el mamporrazo limpio, sancionador del punto cero, de aprobación tan provisional como definitiva.
Viene a establecer la ley que la duración de un Plan General de Ordenación Urbana es de doce años pero la vigencia del actual lleva camino de erigirse en eterna; para colmo de males, los portuenses nos hemos encontrado con el POTA, una especie de hijo respondón del PGOU y que, a decir del presidente de los populares en Andalucía, Javier Arenas, tiene feo hasta el nombre. La demora del Plan General nos va haciendo viejos, como el crecimiento de los hijos y no nos recordamos sino ante sucesivos alcaldes y equipos redactores, ante plenos infinitos y comisiones de seguimiento que fueron tras él clamando y era ido: todo pasa y todo queda, menos el PGOU, ese acrónimo de cita tan recurrente como existencia improbable.
La vida es lo que nos pasa mientras esperamos la aprobación del PGOU.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
31 de Julio de 2.008

jueves, 17 de julio de 2008

APUNTES CULTURALES

Una de las citas artísticas de estos días es la exposición “ Sueño de una noche de verano ”, de Fátima Merello, que acoge el Alfonso X a iniciativa de la Concejalía de Cultura y de la Escuela de Hostelería de Jerez. Como escribe Mauricio Gil, director literario de EH Editores, en la pintura de Fátima Merello “ el trazo poderoso atrapa el movimiento y el color palpita como una llamarada ”. Yo recorro el itinerario que crean los cuadros y me descubro inmerso en cada uno de ellos, cumpliendo así el sagrado designio del pincel, que es el de encender en el espectador la visión de un mundo y hacerle partícipe de su latido. Contemplo así la sencilla dignidad de una encajera, cuando el trabajo parece la respiración natural del tiempo, me detengo ante el enigma que destila un baile de máscaras, frente a la mágica e inspiradora geometría de un cuerpo femenino, o percibo la sensación de las horas detenidas ante el curso de un río, la perfecta armonía que compone el andar de un hombre y un borrico sobre un campo, el ensolerado sosiego de un pueblo, la viveza nerudiana de la fruta, la íntima comunión de la lectura. Este verano va a dejarnos también la frescura adolescente de “ Melocos ”, sus cantos a esa porción de la vida donde las pasiones son más virginales en cuanto primerizas, va a entregarnos a la aparente anarquía del jazz, a los arpegios en los que el saxofón consolida su hermetismo, este verano va a concedernos ese edulcoramiento con el que “ Siempre así ” exhibe su amistad higiénica sobre el escenario, su pijerío amable y cosmopolita. El estío nos regalará la voz de Julio Iglesias, su calidez universal, esa voz que el amor, o el desamor, buscan para expresarse y la música clásica que el Castillo de San Marcos brinda a la luna. El acogedor patio de San Luis Gonzaga nos mostrará un festival de comedias que recuerda que la risa puede ser una de las supremas muestras de inteligencia, mientras que los títeres nos retornarán a la niñez que siempre es presente. Las iniciativas pública y privada han creado una programación de la que conviene disfrutar, partiendo del precepto de que una de las funciones de la cultura debe ser la de hacernos mejores personas.


Francisco Lambea
Diario de Cádiz
17 de Julio de 2.008

jueves, 3 de julio de 2008

VEINTE AÑOS




Leo la revista conmemorativa de los 20 años de apertura de la delegación de “ Diario de Cádiz ” en El Puerto y pienso en cómo la prensa termina por unirse a nuestra propia vida, por integrarse en nuestros rituales más queridos, de modo que se me viene a la mente esa sensación de desconcierto, de exilio ciudadano, que los días de Año Nuevo, de Sábado Santo o Navidad, cuando el silencio se apodera de las rotativas y las páginas se confunden, sin haber nacido, en la piel del aire, sentimos quienes hacemos de la lectura del periódico un hecho tan natural como el caminar o la respiración.
Leo la revista y pienso que las hojas de los periódicos son una suerte de calendario colectivo, un almanaque donde la historia se va forjando ya delicada y silente, ya abrupta y sorpresiva y mis manos aprecian el cúmulo de sensaciones que los redactores y los cámaras han ido brindando a las horas, la nerviosa felicidad que desata una exclusiva, la abierta inquietud que inspira un suceso delicado, el inherente escepticismo que secunda a una declaración tópica. Leo y pienso en el esfuerzo de los periodistas, el mismo esfuerzo que la sociedad no siempre es generosa en reconocer, leo y pienso en la ilusión que resucitaba las teclas de la máquina de escribir, la misma ilusión que ahora inunda la aparente frialdad de una pantalla de ordenador, la misma que ahora atiende la inmediatez de los correos electrónicos y antaño se demoraba en la rítmica lentitud del fax, leo y compruebo ese emocionado y justo recuerdo a quienes ya no están, a quienes no han podido conocer la facilidad que deparan los teléfonos móviles, a quienes son titulares eternos en el corazón.
“ Diario de Cádiz ” nos ha ido mostrando el tránsito de El Puerto en estos veinte años, que son mucho, y podrían ser más si más se lo propusieran sus propios habitantes, reflejando una ciudad en continuo crecimiento demográfico e infraestructural, una ciudad que, sí, sufre la despersonalización que imponen algunos movimientos económicos ( hay menos barcos, menos bodegas y más grandes superficies comerciales ) pero que al tiempo sabe reencontrarse y escribir sus líneas futuras desde la propia e insuperable magia de sus raíces.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
3 de Julio de 2.008

jueves, 19 de junio de 2008

HISTORIA DEL CORAZÓN




Hay libros que uno escribe llevado por algo más que un impulso estrictamente intelectual, libros que uno necesita dar a la luz para rendir cuentas consigo mismo y con los demás, con aquellos a quienes siente parte inseparable, con quienes compartió temores, esperanzas, hasta formar un solo espíritu, un ser forjado sobre los caprichos de la vida o de la muerte. Hay libros que palpitan, donde cada renglón se abre a un latido nuevo, donde cada página pasa como los días, donde uno se sorprende entre un abrazo de manos infinitas, manos que se acercan a saludarle desde su tan sencilla como rotunda dignidad.
Antonio Muñoz Cuenca había tejido en su alma el compromiso de “ Paisajes y paisanaje ” ( Gráficas Lódelmar - Afanas ), de rendir homenaje a quienes cruzaron con él esos duros años de la postguerra, a quienes, en algunos casos, nunca atisbaron un futuro mejor, teniendo en el hambre, en la grisura, el solo horizonte de sus días. Era en aquellos tiempos en los que “ África estaba en El Puerto ” ( la frase resonó, con esa solemnidad de las grandes verdades, en las paredes de SAFA, lugar de presentación del volumen ), aquellos tiempos en los que el futuro se veía desde el quicio de un tabanco, con un poso de vino ya caliente entre las manos, en los que el cosmopolitismo se reducía a algunas funciones de teatro, tiempos en que la visita del mundo consistía en una previa de toros en el Hostal Loreto, en que los niños regateaban el mañana dibujando fintas en torno a una pelota de trapo, tiempos de castos galanteos en el Parque Calderón, de comedores de Auxilio Social, de mujeres que tuvieron que afrontar, con esa dignidad de las heroínas anónimas, una viudez temprana y una prole numerosa.
Hay libros que acogen la historia que no se certifica bajo el dosel de una cama palaciega, la historia que escapa a la estadística, a la inercia mecanicista de una enciclopedia, hay libros que saben que la vida es algo más que una sucesión de documentos administrativos. Me felicito de que Antonio Muñoz Cuenca sienta, de algún modo, haber saldado esa deuda contraída desde la sensibilidad, desde la compasión sobre quienes gozaron de peor suerte: me felicito porque las deudas más importantes son siempre las del corazón.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
19 de Junio de 2.008

jueves, 5 de junio de 2008

MEDIO AMBIENTE

El día del Medio Ambiente es ineludible cita para seguir reflexionando sobre nuestro comportamiento con el planeta y, dentro de esa contrición, sobre el cambio climático, fenómeno del que, mientras más se habla, más se desconoce, pero que ya ha alcanzado la dignidad de artículo en los estatutos de autonomía, traduciéndose en la vida cotidiana en la causa esgrimida por el contribuyente tipo ante el hecho de que los cielos no se comporten como él desea o espera. Así, si hace calor en verano es por el cambio climático, pero también si lo hace en primavera, otoño o invierno. Del mismo modo y por el referido trueque, un día amanece lloviendo para luego salir el sol, mientras que a la jornada siguiente es el Lorenzo quien saluda orgulloso y a la postre amenazan nubarrones, lo que concede a Al Gore, desde sus lejanías de insigne ex candidato derrotado, el privilegio de la verdad metafísica.
Aquí, en El Puerto, ciudad de las cien peculiaridades, hay que unir, a las consideraciones genéricas de la jornada, la circunstancia de que la concejalía de Medio Ambiente acostumbre a variar de titular en una rotación más frecuente a la registrada en otras áreas ( con lo que, bien mirado, no hace sino cumplirse con una de las grandes máximas del conservacionismo: el reciclaje ). He conocido personas, de apariencia feliz, que un infausto día fueron nombradas para dicho cometido, así, sin más ni más, como quien no quiere la cosa, por el mismo insondable designio por el que les podrían haber encargado la reducción del remanente negativo de tesorería o el adecentamiento de los exornos lúdicos, personas que, encaminándose al edificio también conocido ( ¿ guiños del destino ? ) como el matadero viejo o el antiguo matadero, se introdujeron en ese sobrio castillo donde, cuenta la leyenda, habita una maldición ( según algunos, inspirada por el único fantasma con barba del que se tiene noticia en la tradición occidental ) por la que el recién llegado acaba huyendo como alma que lleva el diablo, con tanta vida orgánica como escaso futuro político de esa especie de triángulo de las Bermudas de la actividad pública en que parece haberse erigido el inmueble.
Lo cierto, retornando a una perspectiva global, es que, al igual que la política es algo demasiado serio para dejarla en manos de los políticos, el medio ambiente es demasiado importante para dejarlo en manos de los hombres.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz.
05 de junio de 2008

jueves, 15 de mayo de 2008

PRESENTACIÓN DE " MEDITACIÓN DE TU NOMBRE " ( SIAL EDICIONES ) EN LA FUNDACIÓN RAFAEL ALBERTI ( 9 DE NOVIEMBRE DE 2.007 )

Con Victoria, María Asunción Mateo, prologuista del libro y Basilio Rodríguez Cañada, director de Sial Ediciones, a quien agradezco su confianza en mi trabajo con toda la sinceridad de que soy capaz
Varios de los amigos asistentes a la presentación de " Meditación de tu nombre "


Plano general de la presentación de " Meditación de tu nombre " en el salón de actos de la

Fundación Rafael Alberti


Firmo un ejemplar a mis padres y es como si me lo firmara a mí mismo. Ellos también tendrán sus versos, en justicia a su compañía en este gran poema de la vida
Con Victoria, musa inspiradora del libro. Seguiré meditando sobre tu nombre
Con Carmen Álvarez Marín, realizadora de Telepuerto, a quien agradezco su eterna paciencia en el asesoramiento informático así como el presente reportaje gráfico
Con Juan Franco, tertuliano imprescindible en miles de cafés, seguidor incondicional
Firmando ejemplares de " Meditación de tu nombre ", libro publicado por SIAL Ediciones
Con María Asunción Mateo, Presidenta de la Fundación Alberti y prologuista de " Meditación de tu nombre ". Le agradezco mucho su confianza y apoyo
El alcalde de El Puerto, Enrique Moresco, asistió también a la presentación del libro
Con el editor, Basilio Rodríguez Cañada y la prologuista, María Asunción Mateo, recién finalizadas las intervenciones en la mesa de oradores
Un momento de mi intervención hablando sobre " Meditación de tu nombre "

Basilio Rodríguez Cañada, editor del libro


María Asunción Mateo, prologuista del libro



Con María Asunción Mateo, prologuista del libro

Vista general de la mesa




viernes, 9 de mayo de 2008

Con Victoria, musa del libro, María Asunción Mateo, prologuista y Basilio Rodríguez Cañada, editor

martes, 6 de mayo de 2008

EN LA FERIA DE EL PUERTO

Con Emilio Cañas, redactor de " Diario de Cádiz ", Andrés Jiménez, director de Telepuerto y Dionisio Villar, webmaster de la feria
Con José Antonio Vázquez, responsable de prensa del Ayto.

Con José Hormigo, responsable de publicidad de Telepuerto






miércoles, 23 de abril de 2008

EL ALBERO DEL ALMA


La Feria de Primavera es el paradigma de la felicidad sostenible en este gigantesco Desarrollo Sin Planeamiento que es el mundo. Ahora que la antorcha olímpica muestra su vacilante titilar por los claroscuros de la condición humana, en El Puerto de Santa María, ciudad donde el cambio climático no puede con la luz, a orillas de un mar ensortijado de espumas, el sol se enamora de nuevo de Las Banderas, extiende su naturaleza mágica por el idílico escenario y con él se desposa esperando que el crepúsculo, más dolorido que nunca, sea breve, de modo que el giro del planeta le ofrezca cuanto antes su espejo favorito y necesario, ese albero, la joya más preciada de la tierra, que se torna caballete de un lienzo único, imposible de reproducir por otro pincel que no sea el de la privilegiada retina.
Durante una noche y cinco días, los colores encuentran su tonalidad más exacta y acorde y los vestidos de flamenca, coronados por el talle majestuoso de una flor, se exhiben allí donde las telas se despliegan, graciosas, con orgullo plenamente justificado, allí donde revelan el sueño encendido de sus lunares, allí donde los volantes coquetean con el viento, feliz en su insomnio, en sucesivo juego de seducciones de continuo correspondidas, allí donde el abanico dibuja mudos arpegios en el coqueto ondear de las muñecas, haciendo de cada mujer un perfecto cartel de Feria. Los zapatos de tacón acarician, como brisa, las arenas y de ellos se erige la arquitectura del baile, de la sevillana que transforma el cuerpo en arte, que enraíza la música con la alegría intrínseca del hombre.
El fino transparenta su gentil oro y entrega el arcano de las cepas, sus dorados matices, hasta un paladar donde se funden el corazón puro de la albariza y el aire que desnuda su esencia en la parra.
El desfile de los caballos, su comunión con el jinete, es metáfora de la armonía, estampa majestuosa de la elegancia innata.
En la zona de atracciones los niños van, sin saberlo, edificando la materia de sus futuros recuerdos, van llenándolos de su mirada limpia, de su pulso alborozado, mientras los adolescentes ingenian quizá sus primeros besos, esa complicidad inicial de las manos donde se tejen sentimientos ya quebradizos, ya incólumes frente al tiempo.
La traca de fuegos artificiales despedirá un encuentro lúdico que basa también su magia en la brevedad y simbolizará nuestra tristeza en esa urdimbre de centelleantes reflejos volatilizados en su anhelo, en ese latir efímero que fenece en la tiniebla de las nubes ignotas, entregándonos, de nuevo, a la desolada constatación de que una Feria más ha finalizado en nuestras vidas; nos dejará, eso sí, el consuelo de su albero ensolerado en el alma, el consuelo de que, el próximo año, la inauguración del alumbrado de la Feria de El Puerto de Santa María volverá a marcar el inicio de la primavera.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz. Suplemento de Feria.
23 de abril de 2008

jueves, 17 de abril de 2008

Recital en Escuela Profesional de Hostelería de Jerez

Francisco Lambea leyó sus versos en la Escuela de Hostelería de Jerez
La poeta Sandra Rubio intervendrá en el ciclo Diverso, divino el próximo miércoles 5 de marzo
El poeta Francisco Lambea Bornay ofreció una lectura de sus versos en la Escuela de Hostelería de Jerez, el martes 26 de febrero, dentro del ciclo Diverso, divino, que organiza el Departamento de Actividades Culturales de la Escuela de Hostelería, con la colaboración de las bodegas Paternina "Díez-Mérito". Lambea fue presentado por Mauricio Gil Cano, director literario de EH Editores, y leyó textos de su libro Meditación de tu nombre, publicado por la editorial madrileña Sial en 2007. Francisco Lambea nació en Villanueva de la Serena (Badajoz) en 1968. Es licenciado en Ciencias de la Información y jefe de Informativos de Tele Puerto.
El ciclo Diverso, divino continuará el miércoles 5 de marzo, a las 20.30 horas, con la lectura de la joven poeta jerezana Sandra Rubio en la Escuela de Hostelería de Jerez.




jueves, 10 de abril de 2008