domingo, 22 de enero de 2012

DE FITUR Y SUS MISTERIOS

Las administraciones se han mostrado especialmente austeras con los gastos de Fitur, un certamen que ha venido a erigirse en símbolo del derroche en los tiempos de bonanza, como esos aeropuertos en los que no vuelan aviones y lo mismo hasta te recibe una estatua horrenda cobijada bajo la denominación de arte moderno. Es cierto que muchas expediciones emplearon más dinero del debido, y que viajaba gente cuya ausencia en nada habría dañado la promoción nacional o internacional de sus respectivos municipios, como también resulta verdadero que, desde provincias, toda salida a la capital del Estado, sea para lo que sea, pierde en política, de manera inercial, la presunción de inocencia.


Fitur es algo extraño: cansa, agota, incluso extenúa y a veces hasta aburre, pero quien lo conoce experimenta en la edición ausente la falta de algo, el oxígeno del aire o la moqueta de los pies, como si los días transcurrieran sin gracia y todo el que lo ve caminando errático por su localidad oriunda se pregunte (o, a lo peor, sepa la respuesta) por qué no está en Madrid. Posee Fitur esa condición cíclica que lo hace, de algún modo, imprescindible, adictivo, y, por servir, sirve hasta para explicar el currículum de nuestros políticos. Se acumulan Fitures igual que presupuestos municipales y cada cual es cada cual y su Fitur, esa feria que imprime carácter, como los sacramentos y que, llamada a la universalidad, se comporta con el más acendrado de los narcisismos localistas.


La edición inmediatamente siguiente a cada elección municipal es la que refleja más caras nuevas, mayor número de rostros felices dirigiéndose al cénit bajo la conducción de un taxista escéptico, deambulando, vírgenes, por la atrayente arquitectura efímera, sintiéndose protagonistas de la industria turística.


Tiene uno escrito que Fitur desgasta sobre todo al que no va. Cuando los ciudadanos votan están proclamando, sin saberlo, no solo quién decidirá el destino de sus dineros, las obras más urgentes, los gobiernos mejor conformados, sino quién irá y quién no irá a Fitur. Es la grandeza de la democracia: designar a los elegidos de Ifema.


Francisco Lambea

Diario de Cádiz

22 de Enero de 2012

domingo, 8 de enero de 2012

CABALGATA DE VUELTA

Los Reyes Magos habrán retornado a Oriente extrañados de la peculiaridad de un mundo en el que incluso ellos se han visto sorprendidos por la crisis. Seguro que mientras la ciudad de los cien palacios quedaba ya a la vista de sus espaldas reales, habrán comentado desde la cima de los camellos las impresiones suscitadas por un vistazo somero a los periódicos de estos últimos meses.


Doy por hecho que entre sus temas de conversación se habrán situado circunstancias tales como que profesionales de toda índole (periodistas, políticos, empresarios…) refieran sin descanso un texto constitucional escrito hace doscientos años que ni se han leído ni se leerán nunca, que un partido que se autodenomina socialista decida, entre las últimas medidas de su ejecutivo, indultar a un banquero sin que exista el más mínimo clamor social al efecto o que otro que hizo bandera histórica y doctrinal de la disminución de impuestos se avenga a aumentar la fiscalidad por doquier en la primera de sus medidas de gobierno.


Es probable que, como reyes que, en definitiva, son, se sientan especialmente dolidos por la presunta actuación de Iñaki Urdangarín, un miembro sanguíneo, que no jurídico, de la Familia Real, y que les parezca tardía y de un oportunismo poco convincente la publicación de los presupuestos de su hispánica parentela terrícola.


Hay que agradecerles a los Reyes Magos que hayan sabido sobreponerse a la estupefacción, que no es poca cosa tras un año de ausencia, y que se movieran en El Puerto, pese a la coyuntura, a lomos de una cabalgata decorosa, que congregó en las calles a una multitud de ciudadanos que uno quisiera ver con más frecuencia paseando por su pueblo.


Puestos a pedirle un deseo medianamente razonable a Sus Majestades nos conformaremos con solicitar que, para su siguiente visita, se encuentre ya en vigor la aprobación del PGOU: visto el panorama de la constelación estelar que define la prima de riesgo, se antoja lo más bonancible que llegue a sucederle a la ciudad en este 2012, con dos constituciones tan rutilantes como ahítas del cumplimiento de algunos de sus artículos más significativos.


Francisco Lambea

Diario de Cádiz

8 de Enero de 2012