jueves, 28 de octubre de 2010

LA PALABRA Y EL VINO

Diversos actos acercan estos días los ámbitos de la palabra y el vino. Una conferencia, una intervención pública, pronunciada en el marco arquitectónicamente exacto de una bodega, siempre consigue una solemnidad especial para aquello que se dice: los sonidos adquieren un timbre de magnificencia sacra, como si fuesen ensolerándose al contacto con el aire, como si el hecho de haber nacido en torno a la compañía cómplice de las botas les augurara una mayor voluntad de permanencia, un punto incluso más alto de verosimilitud.
El catedrático de Química Orgánica de la Universidad de Cádiz, Carmelo García Barroso, pudo disfrutar en su discurso, realizado dentro de los actos de las XV Jornadas del Vino Fino, de ese realce sereno de los toneles del Castillo de San Marcos, mientras se extendía sobre los diferentes usos del mismo, que se sumergen también en la cosmética.
Los poemas de "De barro en carne viva" (CVA Ediciones), el libro reciente de Julio Rivera, se percibían más rotundos entre los arcos de la Bodega Las 7 Esquinas, en esa zona de El Puerto donde las catedrales del vino forman un entramado en el que se ausculta el latido de los siglos, un espacio en el que el tiempo parece detenerse, desafiar la inevitabilidad de su transcurrir.
Lo mismo sucederá mañana con la voz del novelista extremeño Jesús Sánchez Adalid en el Castillo y las Bodegas Osborne, donde hablará de "Los milagros del vino" (Planeta), una novela centrada en el siglo I, en la que Podalirio, el protagonista, nos guía por la transformación del pensamiento occidental. Agradecido por los múltiples lectores que atesora en estas vides y consciente de la importancia de los caldos en nuestra idiosincrasia, el escritor tenía que incluir la ciudad en la gira de presentación de un trabajo en el que dicho líquido adquiere su trascendencia hasta incluirse en el título. Relacionado familiarmente con el producto merced a la marca Catalina Arroyo, la presencia de Adalid por estos pagos constituye una cita ineludible para los amantes de los frutos de la uva (el vino) y, obviamente, la palabra (la literatura).
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
29 de Octubre de 2010

viernes, 22 de octubre de 2010

ENTREVISTA A JULIO RIVERA

"ESCRIBO PARA CELEBRAR LA PURA ALEGRÍA DEL SER FRENTE AL TIEMPO"

Julio Rivera presenta esta tarde "De barro en carne viva" (CVA Ediciones), un trabajo que constituye "un himno a la vida, que debe sentirse cada día como un ágape"



Julio Rivera Cross (Jerez, 1943), presenta a las ocho y media de esta tarde en la Bodega Las 7 Esquinas el volumen De barro en carne viva (CVA Ediciones). Rafael Esteban Poullet introducirá al autor de unas composiciones que la pasada semana se mostraron en Cádiz y que el viernes 5 de Noviembre se escucharán en Jerez, en la Fundación Caballero Bonald, tras la introducción de Pilar Paz Pasamar.


-José Ramón Ripoll firma un espléndido prólogo en el que recoge su concepto de la literatura: en su poema 'Para ti, lector' usted dice escribir para celebrar que estamos vivos y soportar el fracaso ante el tiempo.


-El libro es un himno a lo que hay, la materia, la vida, sin más trascendencia que el pensar que venimos de la Nada y vamos a la Nada. La Nada no es que no exista, es el reverso de la materia. Ese es el resultado de mi investigación lírica. La poesía constituye un medio de conocimiento, al igual que la filosofía. El poeta es también un buscador de la verdad. La única diferencia estriba en que el poeta utiliza la indagación mientras que el filósofo emplea la razón.


-Se equivoca quien piense que estamos ante un libro donde impera un sentimiento de tristeza.


-De barro en carne viva dista mucho de ser melancólico. Aquí defiendo que hay que vivir cada día como un ágape y que tenemos (...) la alegría de ser / sabiendo que la Muerte acecha en cada esquina. Hay gente que piensa en la eternidad y no vive este transcurrir terreno, que incluye gozos que nos llevan a la alegría sin fe.


-¿Cómo ubica este trabajo en su trayectoria?


-Mi itinerario presenta dos fases muy claras: una primera de poesía amorosa y sensitiva y una segunda, ya con la madurez, existencial, donde siento el pensamiento y pienso el sentimiento. Esta segunda fase se inicia con La piel del tiempo y a ella pertenece la creación que nos ocupa, a la que seguirá otra en la misma línea.


-¿Nos salva la palabra? Explica que ellas resucitan las cosas.


-Si los hombres no habláramos habríamos muerto como los dinosaurios. La palabra nos hizo nombrar las cosas que, al nombrarlas, poseemos. La palabra nos permite formar un grupo social. El hombre es un ser social, aunque el poeta se revele ferozmente individualista. Los poetas somos como espías de los dioses: vigilándolos descubrimos la realidad.


-¿Se integra en alguna escuela, de esas que se acaban peleando como si en la lid les fuera su reivindicación ontológica?


-No. Últimamente me califican en las presentaciones de libros como un referente de la poesía no adscrita a tendencias. Seguir mi camino en solitario me ha permitido ser más yo, no tener que claudicar a la nada. También es cierto que esa actitud me ha hecho sufrir algunas injusticias, repudios y abandonos. Es difícil que los poetas, egos tan grandes, sean amigos entre sí, aunque esa situación va cambiando, sobre todo entre las mujeres.


-¿Por qué no se lee poesía?


-Porque nos movemos en un mundo superficial, de prisas, en el que no se quiere pensar. Sólo se busca el entretenimiento y se evita el dolor de amor por todo cuanto existe. Vivir es muy difícil, enfrentarse con la realidad supone una tarea heroica. Cuando yo nací la guerra civil había terminado poco antes: vi el sufrimiento, vengo de otros tiempos. Y eso me ha dado la fuerza para ser poeta. La crisis que actualmente padecemos hará ganar a la poesía.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
22 de Octubre de 2010

jueves, 14 de octubre de 2010

YO Y EL PEPRICH

Desconoce uno las consecuencias reales que tendrá la decisión del gobierno local de ampliar los plazos de exposición pública y presentación de alegaciones del Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico, PEPRICH, documento de tan horrísono acrónimo como indudable importancia.

Y lo desconoce porque, aunque en el alma de cada portuense late un urbanista, cualquiera que se acerque a contemplar los planos y las maquetas difícilmente entenderá algo en esa sucesión informe de paralelepípedos cromáticos confeccionados por los sumos hacedores de Territorio y Ciudad, la empresa que se encarga de reordenar el mundo tras el Big Bang.

El sistema educativo debería plantearse la introducción de algunas materias curriculares con las que favorecer la inserción de nuestros adolescentes en la sociedad postindustrial, postmoderna o postpeprichica, tales como las normas de circulación vial, la confección de la declaración de la renta o la comprensibilidad de planeamientos, con lo que se evitaría obligarlos a superar en un futuro un cierto sentido de la vergüenza antes de inquirir a un técnico de aire ausente que, quién sabe, tal vez ha discutido con su pareja poco antes de encaminarse al local expositor.

Los tiempos cambian: si Juan de la Cosa no se hubiese apresurado en nuestra ciudad, allá por el año 1500, a dibujar un mapamundi donde aparece el continente americano (hoy el más antiguo que se conserva), el estado de las autonomías acaecido medio milenio después podría haber extenuado a sus descendientes a base de POTS marítimos y aprobaciones provisionales oceánicas, de modo que el pergamino tan sólo mostraría una piel de estricto marinero en tierra.

Ojalá que este nuevo dilatar en la historia del PEPRICH, hijo mayor del PGOU, documento madre de todos los documentos, sirva para que sus súbditos avancemos en sus arcanos, pues así podremos, a la par, conocernos a nosotros mismos. Parafraseando a Ortega: "Yo soy yo y mis pepriches".

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
14 de Octubre de 2010