jueves, 19 de agosto de 2010

JOSEFINA

Uno da por hecho ya que hay ciertas cosas de la vida, ciertas injusticias de la vida, que no podrá entender nunca, por lo que sólo resta el consuelo de guardar las suficientes fuerzas para soportarlas, la necesidad de aprender las auténticas prioridades que deben guiarnos en el sendero de los días, a menudo inmersos en absurdas cuitas, en tinieblas que nos alejan de la luz de los sentimientos, la verdadera claridad, la más pura.
Lo primero que pienso cada vez que recreo la imagen de Josefina Escudero Márquez, periodista recientemente fallecida, a sus sólo 42 años, tras una larga enfermedad, es que era una buena persona. Una sociedad como la nuestra, tan falta de tantas cosas, no suele reparar lo que debiera en esta característica, pero a mí me sigue pareciendo básica, imprescindible para ese compartir que supone la amistad, para mantener esos rasgos primordiales que deben constituirnos, edificarnos como premisa inexcusable.
Después, admiro su enorme capacidad profesional, merecedora de cotas mayores nunca reconocidas. Josefina tenía grabados conceptos que acostumbran a atesorar los extremeños que marchan de su tierra decididos a la aventura de explorar nuevos caminos, conceptos comandados por uno que ejerce de guía y del que se derivan los demás: el de la responsabilidad. Hablar con ella de nuestro trabajo constituía una delicia. Sus juicios derivaban de análisis rigurosos y siempre te ofrecía algún argumento, alguna interpretación, capaz de descubrirte rutas nuevas en los territorios que creías conocidos.
A 250 kilómetros de distancia de Puebla de Sancho Pérez, de una loma pacense desde la que tu alma se despidió de viñedos y olivos encaramándose al fruto eterno del cielo, algunos, aquí, en El Puerto de Santa María, al borde de este río Guadalete que desbordaste de afanes, mantendremos tu memoria como una noticia perpetua. Otros lo harán en tantos lugares como surcó tu palabra exacta, tu risa abierta de flor amanecida. Tú sabes, Josefina, que tu nombre será un titular a cinco columnas en el periódico de nuestro corazón.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
19 de Agosto de 2010

lunes, 16 de agosto de 2010

PRESENTACIÓN DE "COMO POLVO EN LA VENTISCA", DE MANUEL ATHANÉ, EN AZUAGA Y VILLANUEVA DE LA SERENA (14 DE AGOSTO DE 2010)

En la Casa de la Cultura de Azuaga
Tomás Chiscano interviene en la Casa de la Cultura de Villanueva. En la mesa, el autor del blog, Manuel Athané, firmante del libro presentado, y Basilio Rodríguez Cañada, editor de SIAL.











jueves, 5 de agosto de 2010

PALABRERÍA TEMPORAL

CONFIESO que la información meteorológica me aburre sobremanera, con un sopor sólo comparable al que me inspira ese tono de letanía ligeramente críptico que caracteriza las declaraciones del presidente catalán, José Montilla, entre otros posibles ejemplos.
Por mucho que los presentadores del tiempo intenten aderezar sus intervenciones con chascarrillos acomodaticios o fotografías remitidas desde cualquier punto de eso que se ha dado en llamar "Estado plurinacional" y que no deja de ser España, por más que de cuando en cuando retorne el debate sobre el cambio climático a falta de alguna polémica partidista o financiera capaz de presentar mayor atractivo, a mí me sigue pareciendo que en verano hace calor y en invierno frío, por lo que estos minutillos de coletilla añadidos invariablemente a los telediarios, con una cadencia de relojería suiza, siguen, salvo muy puntuales y lógicas excepciones, sin producirme éxtasis alguno.
Una de las últimas joyas del catálogo de chorradas al efecto proviene de la Agencia Estatal del ramo, la AEMET, que, por lo visto, ya sabe que en el periodo 2071-2100 la temperatura media de nuestro país aumentará entre 3 y 6 grados, lanzándose a pronosticar sin empacho que Sevilla será como el desierto de Arizona en el albor del nuevo siglo. Por si todo esto no fuera bastante, resulta que el calentamiento global que afectará a todo el globo terráqueo (que ocupa la nada despreciable cifra de 510 millones de kilómetros cuadrados) "tendrá especial incidencia en la península" ( que ya es mala suerte, pues este humilde territorio, en el que se vienen encajando españoles, portugueses, andorranos y gibraltareños, sólo abarca 583.000).
Y yo me pregunto, a riesgo de parecer ignorante: si no sabemos si dentro de dos meses (el 5 de octubre, martes, por cierto) estará el día soleado o lluvioso sobre los predios de El Puerto, si desconocemos si para entonces Las Redes nos ofrecerá sus envolventes aguas para el baño o se mostrará cubierta por un cielo gris y enfurecido, ¿cómo demonios se puede aventurar el designio del termómetro dentro de 60 años?
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
5 de Agosto de 2010