martes, 29 de diciembre de 2009

LA NOCHE PRINCIPAL

La jornada del 24 de Diciembre debe ser especialmente importante para todos, con independencia incluso de las creencias religiosas que alberguen o no nuestros corazones: los diversos azares no siempre nos conceden la cercanía de los seres más queridos, lejanos a veces en las distancias tercas de la geografía, imposibles de abrazar otras si no es en el recuerdo, ese beso perpetuo, de modo que llega el momento de compartir, al menos unas horas, con quienes aún nos acompañan en esta labrada aventura que es la vida, el momento de ofrecer, en torno a la mesa, las sillas de la memoria a quienes no pueden mostrarnos su afecto con la tierna complicidad de una sonrisa, el infinito calor de una mirada, la caricia húmeda de unos labios, el refugio íntimo de unas manos.
Esta sociedad, vertiginosa y con frecuencia deshumanizada, tantas veces perdida en contingentes inercias, necesita recuperar espacios para la reflexión, para el encuentro, para recordarnos de dónde venimos, quiénes somos, cuáles son los senderos que nuestro trayecto nunca debe abandonar. Entre las viandas, quizá abundantes y esmeradas para una cena que se quiere especial, entre el sabor familiar de mazapanes o turrones, entre el estribillo consuetudinario de los villancicos y el persistente ronroneo de una zambomba, no ha de olvidarse que el amor es el sentimiento que más dignifica al ser humano, la pasión más alta de su espíritu.
Conforme uno abandona la infancia, su exilio del tiempo, conforme uno deja atrás la etapa fúlgida de la juventud, adentrándose en una madurez creciente en su sigilo, se apercibe de que el paso de los años no es un invento de los otros y aprende a valorar la trascendencia exacta de noches como ésta, un concepto que gana en precisión cuando, por unas u otras circunstancias, hay compañías que no se disfrutan con la frecuencia deseable.
La Nochebuena, trascendental para quienes celebran el nacimiento de Jesús, encierra un mensaje que también llama a quienes se consideran agnósticos o ateos, un mensaje escrito con el más noble impulso de la sangre: el de la concordia.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
24 de Diciembre de 2009

viernes, 11 de diciembre de 2009

TERTULIA RACINGUISTA DE RADIO PUERTO EN EL RESTAURANTE "NUEVO ÉCHATE PAYÁ"


Un tiempo en la radio para hablar del Racing Portuense: la ley concursal, la próxima visita del Pozoblanco o el partido de las estrellas del día 22, en la agenda de la charla.
De izquierda a derecha, Manuel García Campos, directivo del Racing, Juan Antonio Villalustre, delantero, Luis Miguel Morales, responsable de la web del Portuense, el autor del blog y Manolo Borne, director de Radio Puerto.

jueves, 10 de diciembre de 2009

CENA DE PERIODISTAS VETERANOS ( MÁS DE LO QUE ELLOS QUISIERAN) EN EL RESTAURANTE BAR JAMÓN (4 DE DICIEMBRE DE 2009)



El brindis, momento cumbre del encuentro.

















La representación femenina posa para la inmortalidad.

















Con Manolo Borne, Soledad Duro y Teresa Almendros.

NOSTALGIAS Y PRESENTES












Panorámica general de los privilegiados asistentes.
Hace unos días, nos reunimos en un restaurante un grupo de periodistas, fotógrafos y realizadores de televisión que hemos tenido la suerte (o quizá el infortunio, uno nunca sabe muy bien) de cubrir el latido de la ciudad en estos últimos años o décadas.
Bajo la organización de Pipi Gago y Soledad Duro, que pergeñaron su idea en un gimnasio (las damas victorianas decidían en los salones de té y las urbanitas acomodadas trazan ahora sus propósitos en el calor envolvente de una sauna), los congregados disfrutamos de una buena velada, recordando, entre otras cosas, aquellos tiempos en los que todavía no existía el correo electrónico, sino un estricto fax a cuyos alumbramientos asistíamos absortos (inimaginable aún el cortar, copiar y pegar), tiempos en los que el teléfono móvil se nos antojaba tan lejano como esas pastillas que en el futuro iban a sustituir al cazón en adobo, en los que la televisión digital (cuyo nacimiento sacrifica la analógica, provocando numerosas injusticias laborales, adornadas, hasta la fecha, de un lamentable absentismo político), no existía en la cabeza de ningún tecnócrata.
Por allí andaban, entre otros, José María Morillo (web andante, relaciones públicas del ciberespacio), Carmen Álvarez (hacedora de planos perfectos, sabia de la luz, acudió espléndida), Rafael Tardío (mil batallas a la espalda, aunque pueda no parecerlo), Pepe Bouza (más institucional y menos espontáneo, cosas de los cargos), María Alba (clara como el agua), Manu Garro (ora redactor, ora ejecutivo), Teresa Almendros (siempre en su sitio), Fito Carreto (su ojo es la historia) y otros, hasta un total de 19, que no nombro ya porque esta columna, a la que quiero tanto, acostumbra a quedárseme corta de espacio.
Personas, en definitiva, cada uno de su padre, su madre y su medio que, por encima de todo (que no es poco), forjaron un paréntesis para el reencuentro, admitiendo que, pese a la vida y sus azares, somos cada uno parte de los otros (y viceversa), admitiendo que, con lo que putea este oficio, seguimos de él jodidamente enamorados.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
10 de Diciembre de 2009