domingo, 27 de agosto de 2017

LA FIESTA DE LA MIRADA


José Antonio Tejero inaugura exposición el próximo viernes a las ocho y media de la tarde. El Centro Cultural Alfonso X acogerá hasta el sábado 9 inclusive su retrospectiva “Confluencias”, en la que se recogen escenas que el autor define “de gráficas y fotográficas” a lo largo de un periodo tan respetable como 25 años.

He tenido la oportunidad de contemplar los trabajos en lo que uno enjuicia como un cierto privilegio. La muestra constituye toda una fiesta de la mirada. Ser fotógrafo es, como decía nuestro comúnmente añorado Pepe Hormigo, “algo más que darle al dedo”, requiere tener una capacidad de observación que muchos hemos ido perdiendo, por razones como la falta de ejercicio, y el conocimiento técnico necesario para plasmarlo de la forma más artística posible.

Hay dos conceptos que, injustamente, suelen tener mala acepción, a bote pronto, en castellano: uno es vividor (como si no fuera hermoso vivir con intensidad, con éxtasis) y otro mirón (se suele entender como una variante de depravación sexual o una práctica de frívolo cotilleo, cuando un mirón es una persona que contempla, que gusta de analizar, de descifrar con la retina lo que el entorno le va deparando).

José Antonio Tejero es un espíritu inquieto. Esa característica le ha llevado por enclaves tan diversos como Cuba, Marruecos, México o Argelia y a componer collages digitales, buscando desplegar las aristas esquivas para el ciudadano medio, en las que él indaga lo que a otros nos es vedado. Nada fotografiable, o incluso componible, es ajeno a su Tejeojo.

Esperemos que a no mucho tardar recopile en libro su historia de la fotografía portuense, que, bajo el título “Del sol a la sal”, ha ido publicando en este periódico durante dos años (le convencí con el incontestable argumento de que pocos ingenios hay tan perdurables, en su frágil apariencia y desnuda sencillez, como un libro).


Mientras llega esa cita acudiremos el viernes a saber más de nosotros mismos merced a la magia de las imágenes, que nos permite, siquiera falazmente (o, tal vez, no), aprehender un instante, sentir que lo poseemos frente a la inercia suicida del tiempo. 

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
27 de Agosto de 2017

domingo, 13 de agosto de 2017

DE LA CÍVICOFOBIA


El Puerto no se ve afectado por la turismofobia, esa manifestación involucionista que pretende atacar una de las mayores fuentes de riqueza del país, pero sí sufre lo que yo llamaría cívicofobia, y que popularmente se conoce como vandalismo. Lo aguanta desde hace décadas, constituyendo un problema más grave de lo que parece, pues afea de continuo calles e inmuebles con grafitis absurdos cuya necedad sólo es superada por la del propio autor y supone un coste para las arcas públicas por la variada destrucción de mobiliario, capítulo en el que marquesinas, bancos, señales viarias y contenedores se alzan como principales damnificados.

El área de Movilidad y Seguridad lleva a cabo estos días un total de 750 encuestas sobre el particular. Ya les adelanto que entre las conclusiones principales se encontrarán la de una mayoritaria percepción sobre la amplia incidencia del gamberreo y la de la oportunidad de adoptar medidas sancionadoras más contundentes, eso que se inscribe bajo el concepto de mano dura y que el buenismo imperante tiende a no aplicar, máxime cuando afecta a menores, que en España, en referencia penal, es algo no muy lejano a la impunidad.

El concejal, Ángel González, ha indicado que se está elaborando un catálogo sobre grafitis. Digo yo que por eso el plazo de terminación del estudio se cifra en seis meses, pues los episodios nacionales de Galdós pueden ser inferiores en tomos a una recopilación completa de los estúpidos garabatos que nos asolan. También parece que la iniciativa ha suscitado interés en otras entidades, expectantes sobre las conclusiones del trabajo (en época de crisis el copiapega va más allá de las tesis doctorales, extendiéndose a la propia administración pública).

Confiemos, aunque sólo sea por voluntarismo, en que el documento, que se elevará a pleno, ayude a erradicar estas actitudes y consolémonos en que, en contra de fenómenos, siquiera puntuales, que suceden en otros lugares, aquí en El Puerto se recibe hospitalariamente a los turistas, que nos están regalando uno de los mejores veranos desde el inicio de una crisis que, diga lo que diga el Gobierno, aún persiste.


Francisco Lambea
Diario de Cádiz
13 de Agosto de 2017