domingo, 17 de abril de 2011

DE AUSENCIAS Y PRESENCIAS

La presentación de la lista con la que el Partido Popular concurre a las elecciones municipales del 22 de mayo conlleva diversos aspectos noticiables, si bien el que viene erigiéndose más comentado es la ausencia del actual edil de Policía Local, Carlos Montero.


Parece que el alcalde, Enrique Moresco, ha salido de montería y decidido cobrarse una pieza que, a tenor de los comentarios que recibo de todas las personas con las que hablo, el resto de cazadores hubiera dejado vivito y coleando. La salida de Carlos Montero, que ya militaba en el partido cuando un Fraga sin tirantes no lo había fundado todavía, ha causado una sorpresa rayana en la estupefacción, generando un tan espontáneo como desorganizado colectivo monterista, compuesto por quienes son conscientes de que el concejal no sería el animador de una fiesta enlazando infinitos chistes mientras iza un whisky, pero sí alguien que llegaría al guateque con todos los deberes hechos, una persona eficaz con la que un apretón de manos resulta suficiente para olvidarse del notario.


El montericidio ha eclipsado mediáticamente el fulgor de las novedades, produciendo uno de esos fenómenos que recuerdan a las reacciones que suscitaban las convocatorias de la selección nacional de fútbol cuando aún no era campeona del mundo, y en virtud de las cuales se hablaba más de quienes no habían sido llamados a defender la camiseta que de quienes subían las escalinatas del avión. Llegados a este punto, tampoco entiendo la exclusión de la candidatura de Blanca Merino: la valentía y claridad con la que viene afrontando el conflicto de los autobuses resulta encomiable. De entre las incorporaciones saludo especialmente la de Gonzalo Ganaza, quien siempre manifestó un gran aprecio por las personas que integrábamos Telepuerto.


La revelación de la lista del PP anima una campaña tras la que los populares portuenses repetirán triunfo, aunque de nuevo sin las mieles de la mayoría absoluta, entre otros factores porque Antonio Jesús Ruiz se convertirá, al frente del Partido Andalucista, en el ganador moral de los comicios.


Francisco Lambea

Diario de Cádiz

17 de Abril de 2011

domingo, 3 de abril de 2011

MOTOS, DEL VOTO AL VETO

Escribo este artículo entre el eco lejano, algo desfallecido, de los tubos de escape de los moteros, esos seres de presencia cíclica a los que hace años el equipo de gobierno recibía a los sones de Bienvenido Míster Marshall y frente a los que ahora se bunkeriza sin recato (con una diligencia que para sí hubiese querido el PGOU del postgaguismo), como si las ruedas de estos turistas de cuero portasen la mismísima radiactividad de Fukushima.


El cambio de filosofía gubernamental (de la primavera de gasolina al invierno de ruido) ha provocado que quienes se revestían del glamour de los motoeuros, quienes protagonizaban uno de los eventos lúdicamente oficiales del año, sean ahora observados como una vertiente inédita de la kale borroka, como unos adalides de la oposición política, por lo que las alfombras de plata se han tornado en viarios cuajados de badenes que estallan como sarpullidos bajo la placidez del amortiguador.


Los moteros, que hace años firmaban lunas de amor y sexo, amaneceres tintineantes de whisky, son ahora especies en vías de extinción tras sucumbir a los new jersey, esas barricadas light de la modernidad exentas de lirismo, y a una presencia policial masiva que les corta la presunción de inocencia a la par que el punto.


Tienen la guerra perdida en El Puerto, ciudad metaforizada en valla gigantesca, en agujero negro del circuito, y sus vehículos, que han dejado de ser políticamente correctos, hasta el grado de que ya ni los empresarios afectados por el volumen de sus ausencias osan esbozar la más mínima queja, cabalgan como lamentos solitarios, cual rebeldes condenados al supremo castigo de quien no merece la menor defensa. Sólo conseguirán un asomo de armisticio el día que se institucionalice un pregón en su honor, un cartel vanidoso de caballete tras cuyo descubrimiento el artista se ponga la placa por montera.


El pasado se marcha con la volatilidad del humo y el futuro aguarda la oportunidad de su dictado. Parte de nuestra historia política reciente se sintetiza en un juego de palabras: motos, del voto al veto.


Francisco Lambea

Diario de Cádiz

3 de Abril de 2011