domingo, 29 de septiembre de 2013

LA SOLUCIÓN DEL ABSTRACTO


El nuevo logotipo turístico de la ciudad, una suerte de aleación cromática de pequeños brochazos (vulgo manchurrones), demuestra esa costumbre de buscar en la abstracción (y sus sugerencias decididamente interpretables) el camino de salida cuando no se sabe exactamente qué hacer.

Imposible ya el mantenimiento del vaporcito, hundido hace dos años y preso de una reparación interminable, preludio a una hipotética singladura por cualesquiera aguas territoriales excepto la portuense, los responsables políticos alumbraron la obvia decisión de crear una nueva insignia. No se antoja tarea fácil, pero piensa uno que tanto tiempo de espera merecía mejor premio.

El logotipo, que se presentó en el transcurso de un acto bien organizado, con una escenografía trabajada e interesante, se enmarca en esos diseños actuales que sirven para un roto y un descosido, que lo mismo podría exiliarse a Denia, Tomelloso o Santiago de Compostela, y anunciar, al igual que un concepto turístico global, un congreso de traductores de hebreo,  una macro exposición de cerámica talaverana o un simposio de economistas patrios defensores de la salida del euro.

Desde otra perspectiva, hay que reconocer que no pocos paisanos han respirado con alivio al comprobar fuera del icono elementos como la Iglesia Mayor Prioral, el Castillo de San Marcos o el Monasterio de la Victoria, toda vez que el destino del Adriano III no conlleva gratos recuerdos y los tiempos convulsos son proclives a la superchería, pero dudo mucho que tras esta sucesión de pinceladas anárquicas se esconda ese “revulsivo en la proyección de nuestra imagen al exterior” que auguran los dirigentes, y más aún que los pegotones inspiren en las neuronas la efigie de Alfonso X o la puerta de Occidente.


El logotipo se ha presentado coincidiendo con un Día Mundial del Turismo que ha supuesto un meritorio trabajo del área, aunque el seguimiento popular no fuera el deseado por la adversa climatología y por la sencilla circunstancia de que había ciudadanos que desconocían la efeméride, consecuencia de una difusión publicitaria que, ajustada al sentido común, se tornaría más eficaz.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
29 de Septiembre de 2013

domingo, 15 de septiembre de 2013

SOCIOLOGÍA DEL CATERING


La historia de una sociedad es, también, la historia de sus caterings. El termómetro de la economía de un país no se determina únicamente con el nivel de su prima de riesgo, el número de hipotecas firmadas o el contingente de vehículos entregados por los concesionarios. Tampoco el de una ciudad con su cifra de desempleados o el volumen del presupuesto municipal.

En el periodo que comprende la inauguración del PC City, en 2002, aderezado por un lujoso servicio de un restaurante de postín, y la primera piedra de una nave logística en Las Salinas, la pasada semana, donde la munificencia se limitaba a unas botellas de agua mineral y una mezcla heterogénea e informe de frutos secos venteados y sal con aroma de patatas, discurre ese paréntesis que nos ha llevado de aspirar a la superación de los PIBs vecinos a preguntarnos las razones por las que el COI se empeña en desdeñar Madrid.

En su reciente ensayo, “Todo lo que era sólido”, la reflexión que teje Antonio Muñoz Molina sobre lo ocurrido con nuestra macroeconomía se detiene con frecuencia en esas comidas pantagruélicas que elevaban cualquier mínimo evento a la categoría de gran celebración. Aquí, en El Puerto, hemos conocido, a nuestro modo, el derrumbe de los que se antojaban cimientos inaccesibles: aquellas cestas navideñas de los tiempos de Hernán Díaz, con su jamón litúrgico, su coral de chacinas y sus botellas de alta graduación, han sido obviadas por un desayuno frugal, si acontece. En la Asociación de la Prensa de Cádiz el apéndice anual sólo se cura en los secaderos del recuerdo (los periodistas hemos vivido nuestra particular “toma de la paletilla”, una agitación financiera que ha devenido en su desaparición, como suerte de nivelación democrática entre los dispersos redactores provinciales).


Me lo certificaba recientemente un colega: “Paco, antes se asistía a la presentación de un libro y te lo regalaban; ahora, los invitados no acuden para evitar el compromiso de adquirirlo”. Contra nuestra impresión de perdurabilidad, la dura evidencia de los ciclos: la vida es lo que nos pasa mientras nos cambian los caterings.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
15 de Septiembre de 2013

domingo, 1 de septiembre de 2013

DE DUDAS Y DE CERTEZAS


El curso político que comienza en El Puerto debe aclarar los cabezas de cartel de las distintas formaciones políticas de cara a las elecciones municipales de 2015, algo que, a tenor de la impresión que uno detecta en círculos de todo tipo (incluyendo aquellos en los que no subyace interés o beneficio particular), sólo parece claro en los casos del PSOE, con un David de la Encina que se va asentando paulatinamente sobre el terreno de juego, del PA, bajo la batuta de un Antonio Jesús Ruiz que sigue siendo el líder de su formación pese a mostrarse menos inspirado que en el mandato anterior, y de IP, con una Silvia Gómez que espera más fortuna de los afectos y las matemáticas. Sorprende el clima de incertidumbre que guardan no pocas personas sobre la identidad del alcaldable popular.

Mi hipótesis indica que si hoy hubiera elecciones tendríamos un salón de plenos donde nadie conseguiría mayoría absoluta (ni tan siquiera quedaría cerca de ella), más fragmentado (con hasta seis formaciones, pues a las cinco actuales se les uniría UPyD) y en el que las diferencias entre el primer y segundo partido (PP y PSOE) se reducirían sobre el abultado 11- 4 actual. Si populares y andalucistas, hoy con 15 ediles, no llegaran a sumar los 13 que requiere la mayoría absoluta, el signo de un previsible tripartito se podría ir a la derecha en la misma medida que a la izquierda: los designios de las bisagras son inescrutables.

El PP se encontrará dentro de dos años un clima nacional mucho menos favorable que el gozado en 2011; dicha circunstancia, unida a la escasez presupuestaria, augura una lucha en las urnas en la que la formación que hoy detenta la alcaldía haría bien, en defensa de sus propios intereses, en huir de la autocomplacencia y la confianza, tan malas compañeras en política.


El devenir del Plan General y el proceso de semiprivatización de Apemsa parecen llamados a ser los dos grandes referentes informativos, un capítulo en el que cobrarán importancia los proyectos de aparcamientos en Pozos Dulces y en la Plaza de Toros, junto a ese “tema revelación”, por naturaleza imprevisible, que nunca falta en esta ciudad. 

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
1 de Septiembre de 2013