domingo, 18 de febrero de 2018

CAMBIOS EN EL PP



El comité ejecutivo local del PP ha elegido a Germán Beardo como presidente en sustitución de Alfonso Candón. Aunque la medida no implica necesariamente la designación de Beardo como cabeza de cartel de las municipales de 2019 todo indica que él liderará una lista con la que los populares intentarán reconquistar la alcaldía, objetivo para el que cuentan con significativas posibilidades y que ya se les escapó por un acuerdo tripartito firmado al efecto que apenas alcanzó el año.

El cambio decidido por el PP permite a su nuevo responsable preparar la cita con tiempo y todas las energías. Es previsible que la formación, aprendidas algunas lecciones, huya de confianzas, haga una campaña intensa, apele al voto útil ante Ciudadanos y las nuevas siglas y redoble sus esfuerzos en la Costa Oeste, una zona tradicionalmente favorable que en 2015 aminoró su habitual cuota, en parte por la abstención y en parte por los votos obtenidos por el ex popular Ignacio Colón al frente de Queremos, sigla que optó por disolverse ocho meses después y cuyo nombre ya sólo recuerdan los politólogos más notables.

PSOE e IU acudirán a la cita con un panorama complejo. La izquierda española tiene una propensión a pelearse entre sí que en El Puerto se ha cumplido canónicamente. Primero estuvo la decisión del alcalde, David de la Encina, de expulsar a Levantemos del tripartito, decisión que no ha gustado en ese espectro sociológico, y que pasará factura a los tres, con papeletas que se quedarán en casa, y después están las diferencias entre PSOE e IU, últimamente silenciadas pero cuya percepción ha calado en los votantes. Únanse a esto factores como los incumplimientos de dos grandes promesas electorales (vender como un logro el parking de Pozos Dulces cuando el compromiso era no hacerlo resultará chocante, de la remunicipalización de Apemsa nunca más se supo), la circunstancia de carecer de números un año sí y otro también (las modificaciones son un presupuesto por fascículos cuyo tomo nunca llega a encuadernarse) y el que la ciudad se va a quedar lejos del salto anunciado, para entender que el bipartito se enfrenta a todo un reto.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
18 de Febrero de 2018  



domingo, 4 de febrero de 2018

CONTRA LA APOROFOBIA


Hace unos días, un mendigo llamado Julián Blázquez (los mendigos existen, tienen nombre, de hecho, una de sus pocas posesiones, y hay que referirlo, pues los nombres ayudan a visibilizar las personas) fue encontrado muerto en la calle Diego Niño, en un lugar simbólico, distante pocos metros del Ayuntamiento. La asociación Pro Derechos Humanos denunció la tragedia con una concentración y el concejal de Bienestar Social, Ángel M. González, ha señalado que desde el área se intentó atenderlo, que padecía drogadicción y varias patologías, pero que es el Ministerio de Justicia el que debe dar alternativas para que estos ciudadanos no lleguen a encontrarse en el limbo jurídico que supone la prohibición de incapacitarlos.

Esta España mía esta España nuestra debe ser la zona del planeta con mayor actividad normativa: constituciones, estatutos, leyes, ordenanzas, protocolos, reglamentos, códigos, bandos, ordenanzas, clausulados o disposiciones regulan hasta los más mínimos aspectos de la vida cotidiana, a veces cayendo en el surrealismo (término intelectual que oculta los más populares de chorrada o gilipollez), de modo que, proclamo, ya han tenido tiempo los legisladores de actuar en este ámbito.

Resulta necesario, igualmente, que la sociedad no caiga en la aporofobia, término con el que se define el rechazo al pobre, pues pocas actitudes habrá más injustas y vergonzosas. Vivimos en un entorno donde la inquietud por el nivel de stress del oso pardo ante el avance de los adosados o las necesidades sexuales del lince ibérico aturdido por la proliferación de carreteras ocupa más espacio en los medios de comunicación que la muerte de seres humanos en las calles por carecer de un techo bajo el que cobijarse y otros elementos básicos para la subsistencia.

Una comunidad no puede considerarse civilizada cuando en su seno se producen iniquidades como estas. Es obligación de quienes nos gobiernan, en todas las instituciones, cada una en su nivel de responsabilidad, tomar las medidas adecuadas (políticas, tributarias, sociales…) para que no ocurran estos dramas, que hacen que nuestro ámbito sea menos avanzado de lo que acostumbramos a considerar.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
4 de Febrero de 2018