domingo, 18 de marzo de 2018

APUNTES EDUCATIVOS



El descenso de la natalidad, un problema del que no acaba de hablarse lo debido y para cuya solución no se adoptan medidas, afecta a varios ámbitos. Uno de ellos es el educativo: la cifra que ofrece la Consejería del ramo para el próximo curso en El Puerto alcanza las 925 plazas para Infantil de tres años, superando con holgura el número de nacimientos, 865.

La sociedad cambia: hace no tanto tiempo como pudiera parecer se necesitaban más plazas en las aulas; apenas se hablaba, en cambio, de las de comedor. Ahora, empiezan a sobrar mesas y sillas (el colegio público El Juncal va a reducir una unidad de tres años) y se celebra la instauración de servicios de catering (se va a atender a alumnos de la Escuela Infantil Las Dunas), implantación que facilita el desarrollo de sus obligaciones a quienes se han animado a ser padres.

La enseñanza es también noticia al hallarnos en pleno proceso de escolarización, un proceso abierto hasta el día 31, al que se convoca a todos los niños que se incorporan por primera vez al sistema y a aquellos que cambien de centro escolar, y que finalizará el 15 de mayo con la publicación de la relación definitiva de admitidos.

Afortunadamente, la Constitución recoge en su artículo 27 “la libertad de enseñanza”, “el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones” o el reconocimiento “a las personas físicas y jurídicas” de “la libertad de creación de centros docentes, dentro del respeto a los principios constitucionales”.

Pretender suplantar el derecho de los padres sobre la educación de sus hijos (o, dicho de modo más didáctico, suplantar el derecho de los padres a educar a sus hijos como quieren por el deseo de quienes no son sus padres de hacerlo como a ellos les da la real gana) es un ejercicio de totalitarismo. El dinero público también ha de emplearse para atender el derecho paterno constitucional de elegir la enseñanza concertada, al igual que atiende, como debe, otros derechos. La libertad no es solo un sustantivo: es un verbo que conjugar. No vaya a suceder que se grite a viva voz y se reduzca progresivamente su contenido.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
18 de Marzo de 2018



domingo, 4 de marzo de 2018

EL GALOPE DEL CABALLO



Hay sucesos que, de repente, te golpean con una imagen icónica, sencilla pero, a la vez, cargada de información. Tal pensamiento me inspira la fotografía que publica este periódico en la que puede observarse, sobre el suelo, la estructura metálica con la cabeza de un équido que coronaba la marquesina de entrada del que fuera Hotel Caballo Blanco, estructura que abandonó su privilegiado punto de vista al desmontarse también el monolito de piedra sobre el que descansaba el emblema. Hasta tiene algo de simbólico que los operarios encargados de la labor pertenezcan a una empresa radicada en Chiclana, localidad que en los últimos treinta años ha pasado por encima de la nuestra en lo que se refiere a dotación hotelera.

El caballo, que empezó a galopar turísticamente en 1962, convirtiéndose durante muchos años en un pura sangre del sector portuense y de la propia bahía, detuvo su carrera en 2006. En principio se habló de una parada técnica hasta que, finalizadas las reformas, que incluían una zona comercial, retornara a la pugna hípica, pero lo cierto es que sus crines no volvieron a verse en acción.

Uno de los razonamientos en los que suelen coincidir los portuenses es en estimar insuficientemente explotado el potencial turístico con que cuenta el enclave. Faltan hoteles a pie de playa (hay que aprovechar la oportunidad que se abre con el convenio urbanístico entre Ayuntamiento y Autoridad Portuaria para erigir dos en los terrenos cercanos a La Puntilla), se requiere una apertura más prolongada del patrimonio cultural, se exige optimizar la limpieza y embellecimiento, se necesita una oferta cultural potente, hay que implicar a los touroperadores.

Vivimos en un lugar muy atractivo pero también es verdad que, a diferencia de hace dos o tres décadas, cuando bastaba esperar al viajero con los brazos abiertos, pues llegaba por inercia, ahora hay que trabajar las visitas, ya que muchos destinos rivales han puesto en valor sus capacidades, originándose un mercado más competitivo, debilitando el beneficio que nos otorgaba la ventaja natural con la que contábamos y convirtiendo al turismo en un reto.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
4 de Marzo de 2018