domingo, 20 de marzo de 2011

TRES JUSTAS DISTINCIONES

El pleno solemne que distinguió el pasado jueves al sacerdote Julio Juez Ahedo como Hijo Adoptivo de El Puerto de Santa María y al colegio La Salle Santa Natalia y a José María Escribano Ivison, presidente del Real Club Náutico, como medalla de oro de la ciudad, constituye uno de esos actos inspirados bajo un don no muy común en estos tiempos, tan zaheridos por la prisa, cuando no por sentimientos poco edificantes: el don de la gratitud.

Julio Juez lleva largos años difundiendo entre nosotros el mensaje cristiano, una filosofía básica para muchas personas y que, independientemente de las creencias religiosas que cada uno pueda o no albergar, habla de un concepto indiscutible desde un punto de vista cívico, el concepto del amor. El padre Julio, como tantos y tantos hombres de fe, apostó por una de las mayores entregas que un ser humano puede profesar: consagrar su vida a un noble ideal, convirtiendo cada jornada, cada acto, en un continuo apostolado, predicando en diversos púlpitos portuenses, como la Iglesia Mayor Prioral, el asilo de Las Hermanitas de los Pobres o La Palma, parroquia esta última puesta en marcha tras recoger el fruto de su decidido empeño.

El colegio La Salle se acerca al medio siglo impartiendo educación, concepto tan necesario para el desarrollo individual y colectivo, haciéndolo, además, en una de las zonas tradicionalmente más deprimidas del casco urbano.

José María Escribano encarna como pocos la unión entre la tierra y el mar. Los eventos organizados por el Náutico, o en los que ha prestado su colaboración, han supuesto para infinidad de particulares el disfrute de su afición favorita y para El Puerto en general difundir su nombre en el mundo y aumentar los beneficios económicos que genera el turismo, actividad tan necesaria en nuestra estructura social.

El Teatro Pedro Muñoz Seca acogió una función por fortuna plenamente real, una función bien organizada que casi llenó el aforo y que distinguió a dos personas y a una entidad que tienen a El Puerto de Santa María como uno de sus principales argumentos en el diáfano escenario de sus corazones.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
20 de Marzo de 2011

jueves, 3 de marzo de 2011

OPORTUNISMO ENERGÉTICO

En contra de la postura que se antoja triunfante, muestro aquí mi acuerdo con la decisión del Gobierno de reducir, a partir del próximo lunes, a 110 kilómetros por hora (10 kilómetros por hora menos que la tolerancia actual) la velocidad en autovías y autopistas, medida adoptada ante la subida del precio del petróleo a raíz de la crisis libia. Las previsiones del ejecutivo indican que, al cabo de un año, se adquirirían 18 millones de barriles menos, lo que, dado que hay que abonar en torno a 120 dólares por barril, supondría un respiro a las arcas patrias que nunca bajaría de los 1.400 millones de euros.

La idea, que buscar ahorrar un 15% en el consumo de gasolina y un 11% en el de gasóleo, ralentizará los trayectos de manera directamente proporcional a su extensión, lo que redundará en un mayor encuentro de los conductores consigo mismos, posibilidad que un poeta no puede sino aplaudir, máxime en una época tan proclive a frivolizar las atenciones. Además, mirándolo egoístamente como portuense, la iniciativa gubernamental favorece la afluencia a nuestras playas, toda vez que los conductores optarán por nuestro litoral antes que por otros (merced al anuncio efectuado por Alfredo Pérez Rubalcaba) más lejanos en el tiempo. Incluso, dado el aminoramiento en la fuerza de presión sobre el acelerador, habrá quien opte por desdeñar la autopista Sevilla - Cádiz (o Dos Hermanas - Puerto Real, en denominación patentada por José Antonio Barroso) y elija la carretera nacional (que, a fin de cuentas, es suya), lo que facilitará que los viajeros recalen, dulcemente, en nuestro término municipal, encantado de recibir sus divisas.

Reconozco mi sorpresa, en cualquier caso, por esta peculiar concatenación, este capricho de la historia, en virtud del cual la asesina ansia de poder de un loco, llamado Muamar el Gadafi, que tiene sumido en la pobreza a un país que lidera las reservas africanas de crudo, crea una situación que acaba por inspirar en nuestro gobierno la orden de enviar a centenares de operarios a cubrir la señalización de pegatinas, originando un inédito álbum de cromos asfáltico.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
3 de Marzo de 2011