domingo, 18 de diciembre de 2016

RETORNOS DEL MAR


El cumpleaños de Rafael Alberti siempre es un motivo para que la Literatura recobre protagonismo y llame, incluso especialmente, a quienes acostumbran a vivir de espaldas a ella. Me gusta adentrarme en la Fundación pues acaba por inspirar en mi espíritu una serenidad que no encuentro en otro lugar, por causas en parte de inaprehensible etiología, y me complace verla invadida cada 16 de Diciembre por una multitud que entona sus poemas: aunque a veces la declamación resulte más voluntariosa que artística el mejor homenaje que se puede hacer a los escritores es leerlos y difundir su obra y para cumplir ese objetivo se hace imprescindible mostrarla a niños y jóvenes, así como la liberación de libros contemplada en el programa de actividades.

Las iniciativas de este año han previsto, entre otros puntos, la exposición “Retorno a la pintura en el exilio argentino”, dentro de una plausible idea, la de difundir piezas que suelen permanecer en los fondos del museo, lejos de la luz necesaria y reveladora de la mirada. Rafael Alberti ingenió una obra gráfica más valiosa y extensa de lo que muchos piensan y estos días, en concreto hasta el 15 de Enero, se ofrece la oportunidad de adentrarse en un interesante periodo de su inventiva, ubicada entre su marcha de Francia y el desembarco en Italia.

Como ocurre con todas las obras destacadas el paso del tiempo agiganta su dimensión. Ni incluso cuando fue marinero en tierra quedaría el trabajo  albertiano varado en las dunas. Ahora, en su actual singladura, alcanzados los 114 años del nacimiento del creador, cabe felicitarse de que vaya desliándose la maraña que impide que la Fundación retorne a esa época magnífica, anterior a la maldita crisis, que le permitía albergar eventos rutilantes con una frecuencia que entonces advertíamos natural y ahora se nos antoja imposible, reflejo de un pasado que se nos fue.


Parece que el futuro pasa por convertir la Fundación en una Casa Museo Municipal: que las figuras jurídicas y las tinieblas económicas no impidan que la palabra, el dibujo y el color se alcen esplendentes sobre la blancura salada de las espumas.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
18 de Diciembre de 2016

jueves, 8 de diciembre de 2016

EL COLOR ETERNO


Las ciudades se construyen con el esfuerzo de las personas y esa labor no siempre es tan conocida como debiera. Desde 1993 miles de portuenses han visto los carnavales, la Semana Santa, la Feria, el día a día cotidiano, con los ojos de Pepe Hormigo, con su mirada o con la retina que su docencia llegó a inculcar en otros compañeros, inspirada por una frase que convirtió en lema (“grabar no es sólo darle a un botón”), luchando contra los que definía “planos sin sentido” (¿recuerdas cuando calificabas, con entonación crítica, como “planos de papeles” a aquellos que recogían las hojas de los periodistas escribiendo en las ruedas de prensa, secuencias que tú entendías carentes de mayor aportación informativa?).

Llevado por su vocación, Pepe, que finalmente dejó de residir en su Jerez natal para trasladar su domicilio a El Puerto en 1997, y compartir el resto de su vida con Charo, realizó incluso grabaciones sin que se le pidiera ni se le abonara, bastándole con la satisfacción del cumplimiento de lo que consideraba “un servicio público”, criterio que siempre abanderó, con orgullo sencillo, tanto en Telepuerto como en 8 TV. Durante mucho tiempo compaginó la tarea de realizador y cámara con la de comercial publicitario, bajo el mismo sentido de la responsabilidad y de la labor bien hecha. A su indudable maestría profesional unió un talante humano que sirvió para solventar los problemas que en ocasiones planteaba la escasez de recursos.

En donde estás, junto a tu padre, ya no requieres hacer un balance de blancos, pues todos los colores se observan perfectos y eternos. Desde tu insuperable tiro de cámara despliegas un plano cenital que pasa a enfocar con un zoom que se acerca a los tuyos, que va cerrando, como tú querías, suavemente, sin tirones, sostenido en ese trípode inamovible, anclado en unas patas de firmeza infinita, que es el amor.

Adiós, amigo. Por muchos años que puedan pasar cada vez que tienda la vista atrás ocuparás parte del horizonte de la memoria. El afecto hará de esa frontera borrosa una imagen plenamente definida.



José Hormigo Espinosa, realizador de televisión, nació en Jerez el 20 de Junio de 1971 y falleció en Puerto Real el 1 de Diciembre de 2016. 

Francisco Lambea
Diario de Jerez
8 de Diciembre de 2016 

miércoles, 7 de diciembre de 2016

EL COLOR ETERNO


Las ciudades se construyen con el esfuerzo de las personas y esa labor no siempre es tan conocida como debiera. Desde 1993 miles de portuenses han visto los carnavales, la Semana Santa, la Feria, el día a día cotidiano, con los ojos de Pepe Hormigo, con su mirada o con la retina que su docencia llegó a inculcar en otros compañeros, inspirada por una frase que convirtió en lema (“grabar no es sólo darle a un botón”), luchando contra los que definía “planos sin sentido” (¿recuerdas cuando calificabas, con entonación crítica, como “planos de papeles” a aquellos que recogían las hojas de los periodistas escribiendo en las ruedas de prensa, secuencias que tú entendías carentes de mayor aportación informativa?).

Llevado por su vocación, Pepe, que finalmente dejó de residir en su Jerez natal para trasladar su domicilio a El Puerto en 1997, y compartir el resto de su vida con Charo, realizó incluso grabaciones sin que se le pidiera ni se le abonara, bastándole con la satisfacción del cumplimiento de lo que consideraba “un servicio público”, criterio que siempre abanderó, con orgullo sencillo, tanto en Telepuerto como en 8 TV. Durante mucho tiempo compaginó la tarea de realizador y cámara con la de comercial publicitario, bajo el mismo sentido de la responsabilidad y de la labor bien hecha. A su indudable maestría profesional unió un talante humano que sirvió para solventar los problemas que en ocasiones planteaba la escasez de recursos.

En donde estás, junto a tu padre, ya no requieres hacer un balance de blancos, pues todos los colores se observan perfectos y eternos. Desde tu insuperable tiro de cámara despliegas un plano cenital que pasa a enfocar con un zoom que se acerca a los tuyos, que va cerrando, como tú querías, suavemente, sin tirones, sostenido en ese trípode inamovible, anclado en unas patas de firmeza infinita, que es el amor.

Adiós, amigo. Por muchos años que puedan pasar cada vez que tienda la vista atrás ocuparás parte del horizonte de la memoria. El afecto hará de esa frontera borrosa una imagen plenamente definida.



José Hormigo Espinosa, realizador de televisión, nació en Jerez el 20 de Junio de 1971 y falleció en Puerto Real el 1 de Diciembre de 2016.  

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
7 de Diciembre de 2016

domingo, 4 de diciembre de 2016

DE LA PARCELA ESFUMADA


La decisión de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz de sacar a subasta una parcela de 113.000 metros cuadrados sita en las inmediaciones de la playa de La Puntilla, en lugar de cederla al Ayuntamiento, como siempre se daba por hecho desde el Consistorio que iba a suceder, constituye una mala noticia para la ciudad, que ve cómo se escapa de sus manos la gestión de una superficie estratégica, aunque siempre pueda esgrimir el recurso del PGOU.

El episodio entierra aquellos tiempos de entendimiento idílico en los que  el entonces presidente del organismo, Rafael Barra, protagonizaba continuas ruedas de prensa conjuntas con Hernán Díaz o Enrique Moresco utilizando aquella expresión de “ir de la mano” en temas como Puerto Sherry o el uso de las márgenes del río Guadalete, esas lindes a medias entre el frenesí del ocio consumista y la serenidad paleozoica de los lenguados. Ahora, el actual mandatario, José Luis Blanco, uno de esos supervivientes de la política, cuyo currículum se escribe de cargo en cargo y tomo posesión porque me toca (cuando el PSOE nació Blanco ya estaba allí) ha optado, en una operación legal, todo hay que decirlo, por ofrecerla al mejor postor, lo que permitirá a la APBC ingresar, en la más baja de las estimaciones, unos siete millones y medio de euros, cantidad apreciable para cómo ha dejado el patio Lehman Brothers.

Ocurren las cosas y se pone uno a pensar detenidamente sobre ellas, y te parece que se ha arrojado una luz que ahora te sorprende no haber visto antes. ¿Se fue ingenuo al estimar que un organismo público iba a regalar una extensión tan económicamente valiosa, por mucho que el Ayuntamiento sólo albergara loables deseos de beneficiar al conjunto de la ciudadanía? ¿Se basó tal creencia en una declaración de intenciones, mantenida sistemáticamente sin otra garantía jurídica que la tendencia de las palabras a viajar acunadas en el viento?


Esta crisis que todo lo cambia suma un efecto nuevo: acabar con las cesiones de terrenos entre las administraciones públicas. Sabíamos perdida la solidaridad interterritorial; ahora ya también damos por concluida la interadministrativa.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
4 de Diciembre de 2016