domingo, 23 de diciembre de 2018

UNA CENA ESPECIAL



La Nochebuena es siempre una cena marcada por rasgos peculiares. Además de su significación religiosa para los que somos creyentes, con todo lo que supone la noche en que nació Jesús, el análisis se detiene en las personas que se encuentran a la mesa y las que no están ni en esa ni en ninguna otra aquí en la Tierra.  Resulta obvio que este momento se disfruta con mayor plenitud cuando uno no siente sobre sí el peso de las ausencias. Parece una paradoja pero sorprende de cuánta fuerza gravitatoria se revisten quienes ya se han ido.

Este año la Nochebuena me cogerá recién regresado de Villanueva de la Serena (Badajoz), donde el viernes presenté “Tu luz sobre el olvido”, un homenaje póstumo a mi madre, Dora Bornay, en el día en que se cumplían 86 años de su nacimiento y 50 del mío, ambos en Villanueva.

En la Casa de la Cultura leí, entre otros, el poema “Primera Nochebuena”: “Primera Nochebuena/ sin ti./ En el trasiego/ de los platos y las conversaciones/ descubro que nuestro viaje/ tiende a resumirse/ en estos encuentros sucesivos/ de cada 24 de diciembre,/ que la aparente circularidad del tiempo/ tan pronto convoca con entusiasmo/ como sirve el postre/ inesperado de la desdicha./ Inútil explicar la magnitud de tu silencio/ con todas las palabras de todos mis poemas./ He de decirte/ transcurridos nueve meses/ de tu marcha, / que te extraño más de lo que pensaba/ (y siempre pensé que iba/ a extrañarte bastante),/ que, rodeado en la cena/ por muy queridos comensales,/ también me acompaña esa parte/ de mi vida que ya no existe/ mientras pienso/ que volveremos a estar juntos/ con esa naturalidad de las compañías/ que se dan por ciertas y seguras”.

Deseo a todos los lectores que pasen una Feliz Nochebuena y mando un abrazo especial a aquellos a los que la jornada se les hará muy cuesta arriba. Espero que disfruten de una grata experiencia familiar porque la familia, si actúa como debe y nosotros para con ella, es lo más importante (tanto como que la soledad, por contra, deviene en terrible sensación). Valorar las cosas cotidianas, como abrazar físicamente a quienes queremos, implica una de las mayores sabidurías y tesoros.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
23 de diciembre de 2018



domingo, 9 de diciembre de 2018

EL CALOR DE LA HISTORIA



El Día Local del Patrimonio Histórico ha distinguido este año al Bar Manolo y al Aula de Historia Menesteo por el mantenimiento y difusión de dicho legado. Los premios se entregan cada 4 de diciembre, con motivo de la conmemoración de tal día de 1980, cuando El Puerto fue declarado Conjunto Histórico Artístico. Desde hace tiempo el acto lo acoge el espléndido edificio de San Luis.

El Bar Manolo es un enclave tradicional de la calle Larga, frente a la Plaza Peral, cuyo café recibe unánimes elogios (calculo haber ingerido unos tres mil, sobre todo cuando trabajaba en Telepuerto, pues era el bar oficial de la empresa: como se sabe, toda firma tiene su bar oficial). Conocí los tiempos de Felipe encabezando el local y ahora el de los de los tres socios que le suceden. Siempre me ha llamado la atención el nivel de rentabilidad por metro cuadrado del establecimiento, pues su pequeño espacio registra un elevado nivel de ocupación. Personalmente, prefiero el extremo de la derecha, por encontrarse más recogido, solo alterado por el paso, muy de cuando en cuando, de los camareros cuando salen por la puerta de la cocina. En ese regazo he tejido no pocos diálogos y aprovechado también para ordenarme mentalmente antes de proseguir con mis obligaciones laborales, espabilándome mediante ese torrefacto vespertino que mis neuronas aconsejan para incrementar su velocidad de conexión.

El Aula de Historia Menesteo no cesa desde 1983 en su faena investigadora y en la transmisión de sus conocimientos, como demuestran la Revista de Historia de El Puerto y la Tertulia del Aula Menesteo. La dedicación de entidades así resulta muy importante, pues, además de rescatar diversos aspectos pretéritos de la ciudad, queda hecha parte de la misión para quienes, el día de mañana, se preocupen por nuestra época.

El acto de entrega de estos galardones, materializados en diplomas que ejecuta muy bien Juan Ariza, se adorna de un ambiente entrañable y se reviste del ensolerado atractivo que supone el marco de la biblioteca, regalando una de esas tardes donde se funden, con gozo, pasado y presente.

Francisco Lambea 
Diario de Cádiz
9 de diciembre de 2018