jueves, 17 de julio de 2008

APUNTES CULTURALES

Una de las citas artísticas de estos días es la exposición “ Sueño de una noche de verano ”, de Fátima Merello, que acoge el Alfonso X a iniciativa de la Concejalía de Cultura y de la Escuela de Hostelería de Jerez. Como escribe Mauricio Gil, director literario de EH Editores, en la pintura de Fátima Merello “ el trazo poderoso atrapa el movimiento y el color palpita como una llamarada ”. Yo recorro el itinerario que crean los cuadros y me descubro inmerso en cada uno de ellos, cumpliendo así el sagrado designio del pincel, que es el de encender en el espectador la visión de un mundo y hacerle partícipe de su latido. Contemplo así la sencilla dignidad de una encajera, cuando el trabajo parece la respiración natural del tiempo, me detengo ante el enigma que destila un baile de máscaras, frente a la mágica e inspiradora geometría de un cuerpo femenino, o percibo la sensación de las horas detenidas ante el curso de un río, la perfecta armonía que compone el andar de un hombre y un borrico sobre un campo, el ensolerado sosiego de un pueblo, la viveza nerudiana de la fruta, la íntima comunión de la lectura. Este verano va a dejarnos también la frescura adolescente de “ Melocos ”, sus cantos a esa porción de la vida donde las pasiones son más virginales en cuanto primerizas, va a entregarnos a la aparente anarquía del jazz, a los arpegios en los que el saxofón consolida su hermetismo, este verano va a concedernos ese edulcoramiento con el que “ Siempre así ” exhibe su amistad higiénica sobre el escenario, su pijerío amable y cosmopolita. El estío nos regalará la voz de Julio Iglesias, su calidez universal, esa voz que el amor, o el desamor, buscan para expresarse y la música clásica que el Castillo de San Marcos brinda a la luna. El acogedor patio de San Luis Gonzaga nos mostrará un festival de comedias que recuerda que la risa puede ser una de las supremas muestras de inteligencia, mientras que los títeres nos retornarán a la niñez que siempre es presente. Las iniciativas pública y privada han creado una programación de la que conviene disfrutar, partiendo del precepto de que una de las funciones de la cultura debe ser la de hacernos mejores personas.


Francisco Lambea
Diario de Cádiz
17 de Julio de 2.008

jueves, 3 de julio de 2008

VEINTE AÑOS




Leo la revista conmemorativa de los 20 años de apertura de la delegación de “ Diario de Cádiz ” en El Puerto y pienso en cómo la prensa termina por unirse a nuestra propia vida, por integrarse en nuestros rituales más queridos, de modo que se me viene a la mente esa sensación de desconcierto, de exilio ciudadano, que los días de Año Nuevo, de Sábado Santo o Navidad, cuando el silencio se apodera de las rotativas y las páginas se confunden, sin haber nacido, en la piel del aire, sentimos quienes hacemos de la lectura del periódico un hecho tan natural como el caminar o la respiración.
Leo la revista y pienso que las hojas de los periódicos son una suerte de calendario colectivo, un almanaque donde la historia se va forjando ya delicada y silente, ya abrupta y sorpresiva y mis manos aprecian el cúmulo de sensaciones que los redactores y los cámaras han ido brindando a las horas, la nerviosa felicidad que desata una exclusiva, la abierta inquietud que inspira un suceso delicado, el inherente escepticismo que secunda a una declaración tópica. Leo y pienso en el esfuerzo de los periodistas, el mismo esfuerzo que la sociedad no siempre es generosa en reconocer, leo y pienso en la ilusión que resucitaba las teclas de la máquina de escribir, la misma ilusión que ahora inunda la aparente frialdad de una pantalla de ordenador, la misma que ahora atiende la inmediatez de los correos electrónicos y antaño se demoraba en la rítmica lentitud del fax, leo y compruebo ese emocionado y justo recuerdo a quienes ya no están, a quienes no han podido conocer la facilidad que deparan los teléfonos móviles, a quienes son titulares eternos en el corazón.
“ Diario de Cádiz ” nos ha ido mostrando el tránsito de El Puerto en estos veinte años, que son mucho, y podrían ser más si más se lo propusieran sus propios habitantes, reflejando una ciudad en continuo crecimiento demográfico e infraestructural, una ciudad que, sí, sufre la despersonalización que imponen algunos movimientos económicos ( hay menos barcos, menos bodegas y más grandes superficies comerciales ) pero que al tiempo sabe reencontrarse y escribir sus líneas futuras desde la propia e insuperable magia de sus raíces.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
3 de Julio de 2.008