DE LA PARCELA ESFUMADA
La decisión de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz de
sacar a subasta una parcela de 113.000 metros cuadrados sita en las
inmediaciones de la playa de La Puntilla, en lugar de cederla al Ayuntamiento,
como siempre se daba por hecho desde el Consistorio que iba a suceder,
constituye una mala noticia para la ciudad, que ve cómo se escapa de sus manos
la gestión de una superficie estratégica, aunque siempre pueda esgrimir el
recurso del PGOU.
El episodio entierra aquellos tiempos de entendimiento
idílico en los que el entonces
presidente del organismo, Rafael Barra, protagonizaba continuas ruedas de
prensa conjuntas con Hernán Díaz o Enrique Moresco utilizando aquella expresión
de “ir de la mano” en temas como Puerto Sherry o el uso de las márgenes del río
Guadalete, esas lindes a medias entre el frenesí del ocio consumista y la
serenidad paleozoica de los lenguados. Ahora, el actual mandatario, José Luis
Blanco, uno de esos supervivientes de la política, cuyo currículum se escribe
de cargo en cargo y tomo posesión porque me toca (cuando el PSOE nació Blanco
ya estaba allí) ha optado, en una operación legal, todo hay que decirlo, por ofrecerla
al mejor postor, lo que permitirá a la APBC ingresar, en la más baja de las
estimaciones, unos siete millones y medio de euros, cantidad apreciable para cómo
ha dejado el patio Lehman Brothers.
Ocurren las cosas y se pone uno a pensar detenidamente sobre
ellas, y te parece que se ha arrojado una luz que ahora te sorprende no haber
visto antes. ¿Se fue ingenuo al estimar que un organismo público iba a regalar
una extensión tan económicamente valiosa, por mucho que el Ayuntamiento sólo
albergara loables deseos de beneficiar al conjunto de la ciudadanía? ¿Se basó
tal creencia en una declaración de intenciones, mantenida sistemáticamente sin
otra garantía jurídica que la tendencia de las palabras a viajar acunadas en el
viento?
Esta crisis que todo lo cambia suma un efecto nuevo: acabar
con las cesiones de terrenos entre las administraciones públicas. Sabíamos
perdida la solidaridad interterritorial; ahora ya también damos por concluida
la interadministrativa.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
4 de Diciembre de 2016
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