PRESUNCIÓN HIGIÉNICA
El Puerto cuenta con un nuevo contrato de Limpieza Viaria y Recogida
de Residuos, en esta ocasión por cuatro años. Cada vez que se firma un
documento de este tipo parece abrirse una esperanza más basada en el deseo que
en razones fundadas, en un sentimiento similar al que se tiene ante las uvas en
Nochevieja, cuando uno prefiere no pensar en el porcentaje de fantasía y
raciocinio que alberga la hipotética consecución de sus proyectos.
Son ya muchos años con la misma empresa, FCC, todo un
clásico, y la opinión general es que la localidad debería presentar mejor
estado de revista, aunque toda entidad jurídica del ramo tiene el derecho a la
presunción de mejora higiénica, que es su especificidad sobre la de inocencia
tradicional. Ahora el alcalde asegura que la concesionaria ofrecerá nuevas
prestaciones, pese a que el contrato permite ahorrar, según también información
municipal, medio millón de euros anuales.
Desde el ejecutivo se subraya que prosperan las condiciones
laborales de la plantilla, que asciende a 300 trabajadores, una cifra muy
importante, al incluirse la cláusula de subrogación, y una cierta recuperación
salarial, pues las nóminas se redujeron en 2011 para evitar despidos, aspectos
todos del agrado de la ciudadanía, que espera su consecuente repercusión en el
adecentamiento de calles y avenidas. Los vehículos van a ser eléctricos y de
gas, modernísimos y no contaminantes (ni en humos ni en decibelios),
calificados como vanguardia de Andalucía, por lo que es de esperar que la
pulcritud se ubique, proporcionalmente, en dicho grado evolutivo.
Una de las solicitudes que yo haría, pues no he observado
referencia alguna al respecto, es la de proceder al progresivo soterramiento de
los contenedores, al menos en el casco histórico y en las zonas de mayor
densidad demográfica. Parece que a este propósito, para mí prioritario, se le
concede una trascendencia menor, apostándose por la simple sustitución de
elementos. La realidad es tozuda y, por más que intentes animar la óptica, nada
hay menos glamuroso que el contenedor susodicho, percepción cuya negatividad
aumenta en enclaves turísticos.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
3 de Diciembre de 2017
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