MERCADO GOYESCO

Paseando por esas calles protegidas otrora por el PECH (Plan Especial del Casco Histórico), actualmente PEPRICH (Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Conjunto Histórico y su Entorno), en virtud de lo cual se demuestra que, si no urbanísticamente, al menos se avanza en el alfabeto (también las EMAS vertieron en DSP y ahora en DSH), me encontré con el "Mercado goyesco".
La loable iniciativa de apoyo al comercio tradicional no registró en este caso niveles tan plausibles de caracterización como los cosechados con la época del medievo, fracaso que acrecentaba la aparición de espontáneos (astrología china, cocina morisca, hierbas tradicionales rebeldes para con la farmaindustria) que poco tienen que ver con el pobre Francisco de Goya, obviado por uno de los tenderos (supongo que sin mala intención), apostante de Van Gogh, Modigliani y el paisajismo español de los Alcántara.
La referencia propia a Goya provenía, entre otras, de cuatro de sus cuadros, "La maja desnuda", bastante audaz para la época (el artista se había metido en la cincuentena, mala edad), "La maja vestida" (consecuencia textil de la anterior), "La carga de los mamelucos" y "Los fusilamientos del 3 de mayo", óleos ambos que reflejan cómo nuestros paisanos pagaban con su vida las locuras de Napoleón, uno de esos dementes que, de cuando en cuando, alumbra la Historia para escribirse con sangre.
No sé yo si tras esa reseña goyesca tan perdida en nuestro país (la palabreja sólo acostumbra a resucitar cuando Fran Rivera se pavonea por la Plaza de Toros de Ronda, entre flashes bandoleros) se agazapa esa hipersensibilidad constitucional que últimamente caracteriza al ejecutivo portuense, pues a la altura de la confluencia de Luna con Nevería se observaba una fotografía del meritorio cuadro de Salvador de Viniegra en el que se refleja la proclamación del texto de 1812, pero es de agradecer, en cualquier caso, aquella iniciativa que resalte lo nuestro. Sobre todo ahora que la trascendencia de aquel ordenamiento histórico ha quedado solapada por el parón en las obras de un puente.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
24 de Junio de 2010

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