TURISMO SOMOS TODOS
Tras varios años de pesimismo hotelero existencial, parece
que las buenas noticias vienen a saludar a un sector que cuenta en la ciudad
con suficientes atractivos como para que su estado natural sea el de generar
esperanza. Uno de los grandes, e inexplicables, déficits, la casi inexistencia
de establecimientos en primera, o siquiera segunda, línea de playa va camino de
corregirse.
Un grupo inversor quiere construir dos establecimientos en
Las Redes (un hotel convencional y un apartahotel) y uno más en Bahía Blanca, zona conocida referencialmente como aquella en que
se encuentra la Casa de los Jesuitas. Por otra parte, si las negociaciones con
Autoridad Portuaria prosperan, y en principio prosperarán porque dicho
organismo suele funcionar con sentido común, algunas estrellas se incorporarán
al cielo de La Puntilla.
El proyecto más cercano a su materialización se antoja el de
Las Redes. Hay que confiar en que supere también los requisitos medioambientales.
El alcalde comenta que sus características se mueven en esa línea, respetando
pulcramente cuestiones como la altura o la distancia a la costa, por lo que toca
confiar en que los hipotéticos trabajos de construcción, y su resultado final,
no alteren la siesta de los camaleones, el cortejo previo al apareamiento de
los coleópteros o la parábola de vuelo de las gaviotas adolescentes, de forma
que la ciudad no paralice su progreso, beneficiándose, como es lo lógico, de lo
pródiga que ha sido la naturaleza con ella, y generando muy necesarios puestos
de trabajo.
El Puerto debe creerse algunos postulados, entre ellos los
más obvios, como su potencial turístico: el portuense, por egoísmo y/o por
solidaridad, ha de concienciarse de que el Turismo, al igual que Hacienda,
somos todos. Si se hacen bien las cosas, y se corrigen algunas deficiencias
(unas llevan algo más de tiempo, caso de las infraestructurales, otras bastante
menos, como una agenda de ocio que nunca se canse de ampliar propuestas), la
ciudad no tiene nada que envidiar a poblaciones del entorno que en los últimos
años han avanzado notablemente, espoleando el congénito sentimiento de
inferioridad de algunos paisanos.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
14 de Agosto de 2016
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