TERRIBILEM DIEM


El pasado jueves fue un muy mal día para el tripartito: la jornada comenzó con la necesidad de volver a convocar tres horas y media después el pleno que solicitaba una subvención para sustituir luminarias por inasistencia de tres de sus ediles (lo que permitió a la oposición imponerse en la votación sobre la urgencia en la que resultó primera función, la de las ocho y media de la mañana) y culminó con la noticia de que las playas se quedan sin banderas azules por problemas depuratorios, que supusieron vertidos de aguas residuales que han impedido aprobar las pertinentes analíticas.

Por lo que respecta al primero de los asuntos al ejecutivo no le queda otra que activar las alarmas y adecuar las agendas para evitar un suceso similar, pues deriva en un daño agudizado en estos tiempos de crisis en los que la ciudadanía se muestra tan sensible con la labor de sus representantes públicos.

En cuanto a las banderas azules siempre me ha parecido que son algo así como la Copa del Rey de fútbol: cuando se ganan se enfatiza su valor y cuando se pierden se relativiza su importancia. Lo más grave, con todo, es la existencia de un problema de fondo, pues el ejecutivo atribuye el suspenso a un problema puntual de la depuradora padecido el pasado Diciembre, y subsanado en Febrero, mientras que José Ramón Sánchez, máximo responsable de ADEAC, entidad que concede los galardones, se refiere en este periódico a una causa más estructural que coyuntural, indicando que las mediciones se realizan en verano y que el nivel de depuración de la EDAR es insuficiente de por sí para las nuevas exigencias europeas. Esto supone que para ostentar de nuevo el galardón habría que emprender actuaciones de calado en el equipamiento sito en el camino de Puerto Sherry.

De cara a la necesaria enmienda la puntualidad plenaria resulta más fácil de lograr pero el caso de las banderas azules ha dejado al descubierto unas insuficiencias higiénicas sobre las que ya venían advirtiendo los ecologistas y para cuya subsanación hay que actuar decididamente, no ya sólo por las banderas, sino por salir de ese listado de la Comisión Europea en el que figuran los nombres de los municipios que no cumplen la directiva comunitaria en el tratamiento de las aguas residuales urbanas.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
8 de Mayo de 2016


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