CONSTRUCTORES DE CIUDADES
La entrada en funcionamiento del Complejo Deportivo Marcos
Monge, en El Juncal, es una de esas noticias felices del año recién iniciado.
En medio de una crisis económica tan honda como dilatada, conforta que un
pequeño grupo de personas, dirigidas por Antonio Flor, hayan depositado sus
esfuerzos en unos terrenos cedidos por el Ayuntamiento al Recreativo Portuense
hasta acondicionar un espacio baldío en un entorno sobre el que cientos de
niños y jóvenes pueden practicar el fútbol, incendiando el césped con la
energía propia de las ilusiones.
El pasado jueves la Asociación Cultural Amigos de los Patios
Portuenses, impulsada por José Ignacio Delgado Poullet, presentaba el cartel de
una celebración que muestra los atractivos con que cuenta una parte de El
Puerto que, desde la belleza de su interior paisaje cotidiano, se complace en reivindicar
la vigencia de las clásicas relaciones de vecindad.
El próximo domingo las dunas de San Antón acogerán la
vigesimocuarta edición de una romería posible gracias al empeño desarrollado
desde la junta directiva de la Asociación de Vecinos Pago de la Alhaja que
preside Francisco Lara. Miles de personas y mascotas se citarán en el marco de
una convocatoria que plasma una idea tan sencilla que debiera ser primigenia:
la comunión entre todos los seres vivos.
Si no hubiese personas que desarrollan pasiones loables todas
las ciudades acabarían siendo espantosamente iguales, sucesiones clónicas de
calles, parques y avenidas anilladas por letreros luminosos bajo los que deambulan espíritus que pagan impuestos con
puntualidad administrativa. Tiene que existir gente que optimice eriales para
usos deportivos, que organice fiestas ejemplo de valores, que cree entidades donde
se anima a personas que sufren enfermedades graves, que dé vida a hoteles
hablando de literatura, que llene habitaciones con alimentos para aquellos que no
pueden pagarlos en el supermercado.
Las ciudades las diseñan los arquitectos pero su latido lo
definen las personas. Por encima de consideraciones demográficas estrictamente
emanadas del padrón, la sístole y la diástole de los núcleos urbanos atiende
sólo a las cualidades del corazón de sus integrantes.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
18 de Enero de 2015
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