EL ARTE DEL SABOR

La concesión del Premio Andalucía de Turismo 2011 en la modalidad "Empresa o empresario" al cocinero portuense Ángel Léon reconoce la labor de este profesional y condecora la trascendencia adquirida por la gastronomía en estos últimos años en nuestro país, de tal forma que lo que parecía una labor casi inercial o rutinaria ha terminado por enraizarse en lo cultural y ascender a la categoría de arte.


El galardón, concedido por la Junta, se asigna al responsable del restaurante "Aponiente" "por contribuir a lograr sabores únicos y memoralbes de la mano de la innovación tecnológica y el buen hacer", un mérito que se adorna con cierto tinte mágico al encontrarse el establecimiento en la calle Puerto Escondido, vía de la ciudad que a mí siempre me ha parecido peculiar, distinta a todas, como ofrecida y rezagada al tiempo.


El jurado, compuesto por representantes del empresariado, los sindicatos y la administración regional, distingue así a quien ha recibido este año su primera estrella Michelín y lo hace con un honor que, al carecer de prestación económica, adquiere ese peculiar prestigio que viste a las recompensas cuyo boato se ciñe a la estricta denominación.


Los cocineros son una especie de alquimistas del sabor, de amanuenses de las texturas, que trabajan para hacer felices a los demás, un espíritu cuyo fondo es tan loable como el de las mejores sopas.


Ángel León, quien gusta de definirse "chef del mar", se ha embarcado en una labor oceánica que destila sabores en los productos marinos al igual que la luz los suscita en las aguas. Tenemos que sentirnos felices de que este portuense, que recogerá el galardón el 27 de septiembre, coincidiendo con el Día Mundial del Turismo, haya decidido anclarse en nuestro secular casco histórico con un restaurante en el que se afana, con sobresaliente éxito, en ingeniar platos como jureles hechos sobrasada, sardinas de poniente en brasas de huesos de aceitunas o acedías asadas dentro de una arcilla de escaramujos: descubrimientos gastronómicos cuyo objeto es componer una perfecta sinfonía en el pentagrama del paladar.


Francisco Lambea

Diario de Cádiz

10 de Julio de 2011

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