LA LUZ DE LOS LIBROS
El alcalde, Enrique Moresco, el escritor Julio Rivera, la presidenta de la Fundación Alberti, María Asunción Mateo, la poetisa Raquel Zarazaga y el editor Víctor Alija.
Los actos organizados en torno al Día del Libro incluyeron una deliciosa conferencia en la que la presidenta de la Fundación Alberti, María Asunción Mateo, disertó, bajo el brillante título "Dos rayos que no cesan", sobre las relaciones personales y literarias que mantuvieron el gran escritor portuense y Miguel Hernández.
María Asunción (rayo de luz infatigable para la Fundación, entrega devota merecedora de reconocimiento institucional, en El Puerto y más allá de nuestras olas), abundó en el afecto que ambos se dispensaron, negando las teorías que apuestan por una marginación del oriolano a manos de la generación del 27 (es curioso que todo en este mundo acabe granhermanizándose, o corra riesgo de milanización, que lo extraliterario busque imponerse sobre el arte intrínseco). Previamente a su discurso, la Asociación de Personas Lectoras, una entidad tan loable que su fin no es otro que el de hacer llegar lo escrito a quienes no pueden desgranarlo por uno u otro impedimento, recitó varias composiciones de Hernández, esa mente privilegiada en tiempos de desdicha, ese espíritu en permanente espera de una justicia lírica siempre negada en vida.
El programa recogía también la presentación de "A veces, cuando llueve, nos llega el olor de la sal", de Raquel Zarazaga, su primer libro. Dice Raquel que "La sal escuece en las heridas"; quizá por ello la marea de su corazón navega en unos versos sanadores para el alma, buscando la reacción que nos haga más "celestes" que "grises". A su lado, su editor, Víctor Alija (La compañía de versos), con su eterno rostro de príncipe renacentista, de mecenas florentino, como recién escapado del pincel de Durero.
El año, en fin, ha vuelto a dejarnos el Día del Libro, el recuerdo de Cervantes (sólo un genio puede conseguir que su criatura sepulte al creador). José Emilio Pacheco, último designado con el premio, lo recibió con el pantalón bajo y el verso alto. Consideró que los escritores pertenecen a una orden "mendicante": así va la palabra, siempre pidiéndole autorización a la prisa.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
29 de Abril de 2010
Comentarios
Confieso que me acerqué para leer la reseña sobre Raquel, aunque siempre es un placer pasar por aquí. Me alegra comprobar que la gente con quien compartí tan buenos ratos literarios tiene una evolución con tanto éxito.
Saludos