DE LA ANARQUÍA VIARIA


Una calle que se abre al tráfico, rodado o ciudadano, tiene algo de libertad recuperada. Por contra, cuando la paseas absorta en vallas, inmersa en su propia zanja, obligado a transitar de una acera a otra con cierta sensación de desvarío, cual caminante errático, te invade una ligera e incómoda pesadilla existencial.

La calle Larga va recobrando poco a poco su pulso, que, con las obras se ha podido comprobar, late con mayor fuerza de lo que acostumbra a parecer (es lo que tiene la cotidianeidad, que todo lo homogeneiza en su manto). Al igual que no hay prueba mejor que mandar a alguien de vacaciones para saber en qué medida es necesario en un puesto de trabajo ningún dato más irrefutable de cara a calibrar la vida de una calle que experimentar su cierre continuado.

Eso sí, la política municipal de sorpresivos cambios de sentido en algunos tramos directa o indirectamente afectados por las labores de Larga y Pozos Dulces ha provocado una suerte de autogestión (nunca mejor dicho), en una versión oriunda de “circule el que pueda”. De esta manera la calle Espíritu Santo viene experimentando una serie de repentinas alternancias en el modo en que los vehículos han de afrontar algunas de sus partes y uno piensa que si no se ha producido un accidente es por la intervención del titular nominativo de la vía.


Las obras en El Puerto duran más que en cualquier otro lugar del hemisferio occidental (la desproporción resulta aún mayor en los anteproyectos). Es una ley no escrita y ya se sabe lo establecido por el Código Civil: en defecto de ley aplicable rige la costumbre. También por ello se han parado las obras de construcción del aparcamiento subterráneo de Pozos Dulces. No se sabe por qué, pero quizá eso sea lo de menos, el caso es cumplir con la tradición. En lo que sí se ha apresurado Gyocivil es en negociar con Impulsa una ampliación del plazo de entrega, que concluye en enero de 2018. De momento, sólo una superficie arenosa y progresivamente calenturienta bajo la persistencia primaveral se ofrece a la mirada: la contemplo y, razones que se me escapan, se me viene a las mentes un spaghetti western. 

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
9 de Abril de 2017

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