REALIDAD NOMINAL
La propuesta del alcalde, Alfonso Candón, de denominar a la
popularmente conocida como “antigua nacional cuarta” Avenida Rey Felipe VI me
ha suscitado varias reflexiones, entre ellas el modo en que un nombre puede variar
el concepto de una infraestructura sobre la que, estrictamente, no se ha
producido variación alguna. “Antigua nacional cuarta” incorpora sones
ochenteros, que escenifican hileras de camiones sazonadas de vehículos que aspiran
a la bendición del aire acondicionado y carteles de bebidas alcohólicas y
tabacos campando a sus anchas sobre pajuzos sembrados, mientras que Avenida Rey
Felipe VI parece solemnizar, a día de hoy, una especie de relación privilegiada
con la Historia y el futuro para un vial elevado por su nueva rotulación a
suave moqueta, a carretera de seguridad inmaculada.
Por otra parte, la decisión nominativa que la Junta de
Gobierno Local adoptará en los próximos días ha puesto de moda una travesía
importante en nuestro paisaje urbano. Actualmente, acosados por una grave crisis económica nacional,
se antoja impensable que el Ayuntamiento disponga de la capacidad financiera
que requieren actuaciones de este jaez: conocido resulta que a duras penas
afronta su solo mantenimiento, pendiente estos últimos días de tapar algunos de
los baches que asaltan su cutis.
Las referencias del alcalde a las visitas efectuadas por los
miembros de la Familia Real a la ciudad en otros años me han devuelto aquellas
escenas en las que el hoy rey, entonces príncipe, participaba en la Semana
Náutica, o aquellas en las que se recoge
la inauguración de la Fundación Rafael Alberti, con las presencias de don Juan
Carlos y doña Sofía, así como el propio escritor, tornándose inevitable
comparar el esplendor de la entidad hace dieciséis años y sus presentes dificultades.
Curioso comprobar cuántas sensaciones inspira el simple cambio
de un nombre, cuántos recuerdos afloran, liberados por la nueva sonoridad.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
22 de Junio de 2014
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