ENIGMAS EVITERNOS
Todas las ciudades albergan sus enigmas, cohabitan, como
dicen los finos, con ellos y, en ocasiones, su misterio resulta tan insondable
y prolongado que terminan por incrustarse en su idiosincrasia o, directamente,
por edificarla. Uno de los históricos arcanos portuenses reside en la inexistencia
de una estación de autobuses. Cuando uno ve a Paco Martínez Soria en películas
de hace medio siglo portando maletas atadas con cuerdas mientras transita entre
exabruptos por estaciones de bus de localidades recónditas en la geografía
patria se sorprende aún más de por qué El Puerto postmoderno, el de la
Andalucía imparable y la tercera modernización (creo que es la tercera, he
perdido la cuenta) sigue carente de la sacrosanta infraestructura.
La Asociación de Empresarios local ha recordado la oprobiosa
falta del equipamiento (este tipo de agujeros negros dotacionales suelen ser
evidenciados, de cuando en cuando, por cualquier partido político o colectivo, ya
que, tópicos, se han tornado recurrentes) y lo ha hecho en una nota que culpa a
todos los niveles de la administración (bien mirado, falta el europeo, pero si
se hubieran puesto a indagar más a fondo seguro que terminaban por hallar
alguna responsabilidad en una Bruselas incorporada a la fiesta).
Hace años, cuando todavía se inauguraba algo, los dirigentes
locales hablaron de la estación de autobuses como una posibilidad cercana, en
el marco incluso de una “estación intermodal”, concepto cuyo significado no
todo el mundo sabía descifrar, pero que presentaba eufonía incuestionable.
Cuando los capitales empezaron a escasear de la intermodalidad se pasó al
simple apeadero (noción más horrísona por sus evocaciones trashumantes) pero lo
cierto es que ahí seguimos, en medio de la galaxia y sin estación de autobús,
con los camareros aledaños a la Plaza de Toros y a ADIF confirmando a los
visitantes sus peores presagios mientras la estupefacción se esculpe en el
rostro del viajero.
La Mesa de Turismo se ha convertido en la enésima entidad en
conocer la exigencia de los empresarios: para acabar con la estacionalidad se
puede empezar por construir la estación.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
2 de Marzo de 2014
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