LA VOZ DEL HARTAZGO
No estoy de acuerdo con esa expresión que asegura que “El
Puerto está muerto”: me parece exagerada
y ocultadora de la parte viva que, indudablemente, tiene, gracias a sus
atractivos y a la labor de muchos particulares y entidades.
Aclarado esto, comparto la indignación manifestada la tarde
del pasado miércoles por unas 200 personas, que respondían en la Plaza Peral al
llamamiento de la plataforma ciudadana “Revive El Puerto”, exigiendo mejoras en
el término municipal y, más aún, en su centro. Del hartazgo de los afectados
parece erigirse como plástica metáfora la vehemencia con la que, micrófono en
mano, hablaba Fernando Marín, a quien uno acostumbra a ver con serena sonrisa
enmarcada en semblante plácido tanto en su establecimiento, Joyería Marín, como
en las ocasiones en que nos saludamos con los naranjos de la calle Larga como
testigos. Y eso que aún no sabía que el
CCA retrasa el inicio de la campaña de Navidad, culpando al Ayuntamiento de la
demora por la falta de resolución del pago de la aportación municipal.
Hay personas que, como Fernando, unen a su inquietud sus
legítimos derechos profesionales y cuyos ojos están cansados de observar un
panorama en limpieza, seguridad, iluminación o agilización de licencias de
aperturas de establecimientos, al que no se aplica remedio.
La situación del casco histórico es tan mala que hasta el
propio alcalde la reconoce. Esa circunstancia provoca aún mayor desazón entre
los vecinos, que no comprenden cómo el equipo de gobierno admite unos defectos
que se muestra incapaz de subsanar. Existe una conciencia, muy dañina para la
imagen de la administración local, de que ésta, lejos de facilitar el
desarrollo, o al menos de no entorpecerlo, se dedica a obstaculizarlo. Es esa
misma conciencia que entiende el enclave como un lugar lleno de posibilidades
que no se explotan en beneficio de quienes en él moran y de sus visitantes. El
lema elegido para la convocatoria (“Yo amo mi ciudad”) resulta elocuente, pues los
organizadores dan por hecho que sus responsables políticos no comparten esa
emoción.
Urge dar un impulso que permita lograr que los portuenses se
sientan más satisfechos de El Puerto.
Francisco Lambea
Diario de Cádiz
11 de Noviembre de 2018
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