TRES JUSTAS DISTINCIONES

El pleno solemne que distinguió el pasado jueves al sacerdote Julio Juez Ahedo como Hijo Adoptivo de El Puerto de Santa María y al colegio La Salle Santa Natalia y a José María Escribano Ivison, presidente del Real Club Náutico, como medalla de oro de la ciudad, constituye uno de esos actos inspirados bajo un don no muy común en estos tiempos, tan zaheridos por la prisa, cuando no por sentimientos poco edificantes: el don de la gratitud.

Julio Juez lleva largos años difundiendo entre nosotros el mensaje cristiano, una filosofía básica para muchas personas y que, independientemente de las creencias religiosas que cada uno pueda o no albergar, habla de un concepto indiscutible desde un punto de vista cívico, el concepto del amor. El padre Julio, como tantos y tantos hombres de fe, apostó por una de las mayores entregas que un ser humano puede profesar: consagrar su vida a un noble ideal, convirtiendo cada jornada, cada acto, en un continuo apostolado, predicando en diversos púlpitos portuenses, como la Iglesia Mayor Prioral, el asilo de Las Hermanitas de los Pobres o La Palma, parroquia esta última puesta en marcha tras recoger el fruto de su decidido empeño.

El colegio La Salle se acerca al medio siglo impartiendo educación, concepto tan necesario para el desarrollo individual y colectivo, haciéndolo, además, en una de las zonas tradicionalmente más deprimidas del casco urbano.

José María Escribano encarna como pocos la unión entre la tierra y el mar. Los eventos organizados por el Náutico, o en los que ha prestado su colaboración, han supuesto para infinidad de particulares el disfrute de su afición favorita y para El Puerto en general difundir su nombre en el mundo y aumentar los beneficios económicos que genera el turismo, actividad tan necesaria en nuestra estructura social.

El Teatro Pedro Muñoz Seca acogió una función por fortuna plenamente real, una función bien organizada que casi llenó el aforo y que distinguió a dos personas y a una entidad que tienen a El Puerto de Santa María como uno de sus principales argumentos en el diáfano escenario de sus corazones.

Francisco Lambea
Diario de Cádiz
20 de Marzo de 2011

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